En el cierre de su campaña presidencial para las PASO, Sergio Massa necesitó poco menos de diez minutos para repasar las propuestas que intenta difundir desde hace meses y con las que, otra vez, buscó marcar distancia con sus rivales. Pero, tras una breve pausa, y al filo de su discurso, el precandidato de UNA le apuntó al destinatario actual de sus esperanzas: los indecisos.

"Quiero hablarles a los que aún no decidieron su voto. Los quiero convocar a que este domingo empecemos a ganarle al odio y la corrupción", arengó.

Los quiero convocar a que empecemos a ganarle al odio y la corrupción

Con ese universo en la mira, Massa comenzó a desandar las horas de descuento hasta el domingo, cuando enfrentará al gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, pero que lo encontrará más atento a la diferencia de votos con el líder de Pro, Mauricio Macri, para soñar con convertirse en la referencia de la oposición de cara a los comicios de octubre.

Debajo del escenario, los dirigentes del Frente Renovador (FR) reflejaban esa misma incertidumbre, producto de la combinación de dos momentos casi antagónicos que atravesó el massismo: el derrumbe padecido en el último año y el envión que empezaron a percibir en los últimos días.

Vamos a ser la sorpresa peleando el segundo lugar en la presidencial

"Vamos a ser la sorpresa peleando el segundo lugar en la presidencial. Y en la provincia de Buenos Aires nos va a ir mejor. Allí vamos a quebrar la pelea con Pro", decía el intendente Mario Meoni (Junín). "Podemos sacar 14 puntos, pero sentimos que estamos más cerca de los 24. Todo es posible", completaba el senador Sebastián Galmarini, cuñado de Massa.

Sobre el escenario del microestadio de Argentinos Juniors, que ayer combinó la cumbia de Los Totora, la marcha peronista que improvisó la tribuna y la estética pop del FR, Massa buscó sacarle un último provecho a alguna de sus propuestas más resonantes: sobre todo, el 82% móvil y el pago de juicios adeudados a los jubilados, y el aumento de penas para narcotraficantes y corruptos.

"No tengo miedo. No le debo nada a nadie. ¡El que tenga que ir preso va a ir preso!", prometió, tras recordar que su proyecto de Código Penal prevé cinco años de mínima y 35 años de máxima "para los corruptos" y la imprescriptibilidad de esos delitos.

Fue el tramo del discurso que más eco despertó en las tribunas, que ayer lucieron algunos claros. El otro momento fue el de las propuestas para los jubilados. "Que nuestros abuelos y trabajadores estén tranquilos: el 1° de enero de 2016 vuelve el 82% móvil y se termina la Argentina donde un preso gana más que un jubilado. Y también se termina el martirio de los juicios de la Anses: antes del 1° de marzo de 2016 los vamos a pagar", dijo.



Se termina la Argentina donde un preso gana más que un jubilado

El tema volvió a surgir durante la conferencia de prensa que Massa ofreció al cierre del acto, cuando volvió a denunciar "que se mienta por cadena nacional diciendo que la plata de los jubilados no está, cuando se usa para pagar los baches de [Axel] Kicillof". También cuestionó a la Presidenta por "hablar más de una hora en cadena nacional para anunciar un aumento de sólo 400 pesos".

Se coló el affaire de la efedrina y la interna del kirchnerismo. "Hay un sector de la política que está discutiendo carpetas, drogas y muerte, y otro que discute el color de los globitos -agregó, metiendo a Pro en la bolsa-, mientras nosotros decimos qué vamos a ser con la inseguridad, la economía, los jubilados y los planes." Aunque afirmó que no quería meterse en la interna de otro partido, pidió averiguar "el rol del gobierno bonaerense" en el escándalo de la droga. Un palo para Daniel Scioli..