Nancy Jaime y Natalia García decidieron involucrarse solidariamente ante la situación que se vive en el país de la ola polar.

Por ello decidieron poner bufandas en la reja de su casa para quien la necesitara se la llevara. Al mediodía del jueves las bufandas habían sido llevadas y una nueva cantidad de ropa se puso en la reja que al anochecer ya había encontrado nuevos dueños.

Vecinos de estas dos artistas plásticas colaboraron con ropa y este viernes por la mañana al despertar estas mujeres descubrieron una gran cantidad de ropa y calzado que se había puesto en la puerta de su casa para que nuevamente se pusiera en funcionamiento el rodar solidario.

Nancy Jaime, artista y docente, habló con Daniel Gauna en La Mañana del Limón y relató su vivencia frente a esta iniciativa que conmueve por su solidaridad.

“La solidaridad suma para paliar el frío y la necesidad mínima de alguien que no tiene con qué abrigarse. Anoche el perchero estaba vacío y hoy a la mañana nos despertamos con la reja con vida. Habían dejado calzado, ruanas, guantes, bufandas, sinceramente nos da un gran placer poder hacer esto”, expresó con emoción Nancy.

La artista reflexionó sobre la cultura de acumular, “tenemos un montón de ropa y guardamos, hay que movilizarlo, sacarlo, darle otra mirada y ahora hasta tenemos un ropero con calzado, en este perchero solidario hay mucho amor de todos los que colaboran anónimamente”.

Nancy, quien vive junto a Natalia y allí tienen un espacio de arte, contó con alegría que “la reja cobró vida, desde nuestra casa donde realizamos toda la producción artística, también generamos arte a través de esto y mucha gente nos ayuda para que cobre vida”.

Olga, la vecina de estas mujeres ayuda a colgar la ropa y está atenta cuando las artistas no están en su hogar para ayudar con lo que se necesita.

“Lo solidario nos abraza en tiempos difíciles y nos ayuda a pensar en los otros, es una obra de amor y de corazón” finalizó Nancy quien espera que todos los que desean ayudar dejen su donación en la reja de su casa en Edison 161.

Ante el frío, la solidaridad brinda calor