El jefe de gobierno porteño negó que haya un intento de golpe contra el Gobierno, como acusó el kirchnerismo; defendió su acuerdo con Sergio Massa.
La estrategia de la oposición de quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados luego de las elecciones de octubre fue apoyada hoy por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
"No me parece un problema que la Cámara de Diputados quede en manos de la oposición. No puede ser una amenaza la desestabilización", aseguró el líder de Pro en una entrevista con Vorterix, donde negó que los partidos opositores al kirchnerismo busquen un "golpe institucional" al Gobierno, como se acusó desde la Casa Rosada.
Luego de la derrota electoral del oficialismo en las primarias, y si el 27 de octubre los resultados son replicados, varios dirigentes opositores de la Cámara baja ya mostraron sus intenciones de ocupar la presidencia de Diputados, actualmente a cargo de Julián Domínguez. Así se mostraron el PJ disidente, Pro, el radicalismo y hasta del flamante espacio UNEN.
Macri abonó hoy esa estrategia y la enmarcó dentro de "una forma lógica de ejercer la dinámica democrática", aunque negó que eso complique la situación de la presidenta Cristina Kirchner. "Si el gobierno nacional entiende que el resultado lo llama a una actitud mas dialoguista, no creo que haya ningún problema", consideró.
Y apuntó: "Creo que hay mucho margen para recuperar cierta actividad económica".