En el mundo del golf la tradición es muy importante y el US Open siempre que se puede se celebra en el tercer domingo de junio.

El torneo, caracterizado por la necesidad de tener una gran precisión por la rapidez de los greens, será defendido por Jordan Spieth, último capeón, quien terminó con cinco bajo par el pasado año. Desde este jueves 16 y hasta el domingo, veremos una intensa lucha por el título.

Uno de los grandes impactos del golf argentino en la historia fue la consagración de Ángel Cabrera en el US Open 2007. El ‘Pato’ tenía entonces 37 años y se convirtió en el segundo jugador de nuestro país en lograr un Major, después de Roberto de Vicenzo, en 1967. En aquella gesta en Oakmont, el cordobés empleó 285 golpes y aventajó por uno a Tiger Woods, el mejor del mundo en aquel momento.

Este 2016, el segundo Grand Slam de la temporada vuelve a ese campo en el estado de Pennsylvania. La dificultad de la cancha par 70 es mayúscula, una idea compartida por la totalidad de los jugadores, que ya vivieron en carne propia cada trampa del trazado durante los ensayos. Y Cabrera, de una temporada irregular, intentará hacer pie. ¿Qué dijo antes del arranque, este jueves desde las 14.58 de nuestro país?



​"Está claro que, por alguna razón, juego mejor en los Majors que en los torneos regulares. Hay algo en ellos que me focaliza de buena manera y saca lo mejor de mí".

"En el US Open 2007 pegué muy bien desde el tee y metí algunos putts cruciales. Esa fue la parte mental del juego que anduvo mejor que cualquier otra semana".

"Viene siendo una temporada dura para mí, no estoy jugando bien. No estoy en la mejor posición pero espero no sufrir mucho esta semana".

"No creo tener ventaja ni que me ayude haber jugado en este campo".