El Globo dominó el partido y venció al Ciclón por 3-1, en un clásico de barrio que volvió a jugarse en Mar del Plata después de 42 años.
Los goles del equipo que dirige Eduardo Domínguez los convirtieron el mediocampista Daniel Montenegro (44m. PT), el delantero Ramón Ábila (7m. ST) y el defensor Matías Caruzzo, en contra (11m. ST); en tanto que para el conjunto de Pablo Guede, que terminó con diez por la expulsión del enganche Sebastián Blanco (39m. ST), descontó el volante Facundo Quignon (32m. ST).
El clásico, de un desarrollo más que atractivo, contó con un fuerte operativo de seguridad por los antecedentes de violencia entre ambas hinchadas.
El equipo dirigido por Pablo Guede, con un 4-1-4-1, tuvo una mayor tenencia de la pelota, fue más profundo en ataque y además contó con las chances de gol más claras. Pero no las plasmó en el marcador.
Huracán, con un 4-2-3-1, aprovechó muy bien su momento en el final de la primera etapa y en el comienzo de la segunda liquidó el clásico con una preciosa definición de Ábila, a los 7m.. Y casi de inmediato hubo un gol en contra de Caruzzo, a los 11m., que ensanchó la diferencia.
Antes y después, San Lorenzo, chocó con la enorme figura de Marcos Díaz, el arquero 'quemero', pero también con su falta de puntería, más allá del descuento de Quignon, a los 32 minutos.
Pero lo más preocupante para el DT Guede fue la enorme cantidad de errores en defensa, algo que fue determinante para la victoria de Huracán.
Domínguez, además de la alegría por ganar otro clásico (el segundo consecutivo como DT), se llevó un par de buenos rendimientos de sus jugadores, como los de Díaz, Mariano González y Montenegro, aunque también varios aspectos del juego para corregir, especialmente en defensa.