En la lista de los enemigos de un pelo atractivo, el frizz tiene ganado uno de los primeros puestos. ¿O quién puede mantener el buen humor si después de pasar la planchita, peinarse o usar el secador advierte que la estática salió con la suya y dejó el pelo encrespado e inmanejable?

Si tenés el pelo con ondas, muy finito o reseco o llevás un proceso químico en tu cabellera, seguramente sabrás de qué se trata.

El motivo de este efecto es la deshidratación, que hace que las cutículas (son la parte más externa del cabello, formadas por capas superpuestas) se levanten y las fibras capilares no se vean bien.

Para contrarrestarlo, hay varias opciones que, aunque no te den una solución definitiva, permitirán que “el frizz y vos lleguen a un acuerdo de partes”.

La más sencilla es aplicar una crema de peinado en el pelo recién lavado y todavía húmedo. Estos productos permiten sellar las cutículas y que el cabello se mantenga con la forma deseada. La variedad de productos de este tipo es infinita. Para elegir la presentación más adecuada, un buen consejo es buscar el asesoramiento de un profesional.

Con más de tiempo disponible o para una salida, podés recurrir al uso de herramientas térmicas.  Unas simples y rápidas pasadas de la planchita en las zonas más visibles (como ser el flequillo, los contornos, las capas superiores y las puntas) lograrán un look fresco, relajado y, lo más importante, con el pelo aplacado.Si tenés rulos, podés marcar algunas mechas con rizadora. De esta forma, combinarás rulos rebeldes con otros mucho más prolijos.

También hay una opción para esos momentos en que estás con los minutos contados o ya saliste de tu casa y el clima está en tu contra. La respuesta: las líneas de tratamiento a base de siliconas y aceites que se colocan en seco e hidratan y sellan las zonas rebeldes instantáneamente. (Entre Mujeres)