Los analistas estiman hectáreas afectadas por excesos hídricos y disminuciones en la producción, versus mayores producciones en los campos que no presentan problemas que recibieron excelentes aportes de lluvia. La realidad es diferente mientras nos desplazamos en el extenso continente y todavía nadie puede aventurarse a estimar un número definitivo de producción de soja y maíz en el país del norte.

                Mientras tanto por estas latitudes los productores siguen preocupados porque a pesar de los buenos rindes las noticias no son alentadoras. Si bien se abrieron ROEs para maíz, el efecto sobre las cotizaciones del cereal fue modesto, contenido y fueron pocos los que se beneficiaron con los valores ofrecidos por pocos días. La realidad indica que deberían autorizarse al menos cuatro millones más, y tendremos que estar atentos para cuando esto ocurra. Retener maíz con cobertura, (vendiendo en el término) las cotizaciones de ayer mostraban una que los precios para diciembre eran de u$s 115,50, mientras que para el disponible se ofrecían solo u$s 99. La diferencia si la medimos en términos de tasa es del 16,66 % en dólares para cinco meses, si la anualizamos es una tasa efectiva del 42 % en dólares; esto muestra a las claras el grado de distorsión que causan las intervenciones en los mercados. Sin embargo el productor acostumbrado “a comprar plata”, es decir vender cuando le hace falta el dinero, no se fija demasiado en estas cosas, y a decir verdad se siente apesadumbrado porque no puede acceder a estas oportunidades que el mercado le ofrece, que no lo salvan porque los números siguen siendo ajustados pero al menos puede seguir subsistiendo.

                En una zona donde la actividad agrícola es relevante toda la comunidad económica tiene que trabajar para sostener la economía y el desafío es que cada actor en la comercialización se esfuerce con innovar y diseñar escenarios donde cada uno pueda obtener parte de este beneficio que hoy se concentra en pocas manos.

                Para lograr mejores resultados los bancos debería diseñar una herramienta que permita al productor retener la mercadería, cobrando una tasa de mercado, cosa que es totalmente posible teniendo en cuenta la devaluación del peso con respecto al dólar de acuerdo a las cotizaciones de los mercados de futuros de dólar, más la diferencia en los precios del maíz entre el disponible y diciembre.

                Los compradores de granos deberían transformase en la garantía a los bancos porque el productor tiene mercadería entregada, y hasta ofrecer este tipo de operaciones se transforma en una estrategia de diferenciación y fidelización de su cartera de clientes tanto para las entidades financieras como los compradores.

                En consecuencia, gana el productor con mejores precios, el banco que cobra intereses, el comprador que cobra comisiones y le ofrece mejores alternativas a sus clientes.

                En épocas de crisis donde podemos si mejoramos los precios de venta mejoramos el bienestar de toda la comunidad, ya que si nos concentramos en lo que podemos hacer, en lugar de lamentarnos de la realidad que nos golpea, alimentamos la esperanza y seguimos en carrera hasta que la situación cambie, porque ya los dice el viejo y conocido refrán “No hay mal que dure cien años”.