Hace poco más de una semana, una espada legislativa le anticipó a Mauricio Macri que la peor de las noticias desde Santa Fe era inminente. "No tengas mala onda", le contestó por entonces el líder de Pro, aún sin poder creer aquel pronóstico, que se terminó cumpliendo, al menos en lo que hace a su resolución formal.

Después de un recuento polémico, que se extendió por nueve días, la justicia electoral santafecina le dio ayer el triunfo en las elecciones a gobernador en esa provincia al socialista Miguel Lifschitz por sobre Miguel del Sel, que había sido el ganador de las PASO del 19 de abril pasado.

Luego de horas de silencio mediático, el macrismo contraatacó a través del propio Del Sel, quien lejos de aceptar la derrota pidió que "se resuelvan las impugnaciones pendientes" en la justicia electoral y que los "casi 4000 policías a los que no se les permitió votar" puedan hacerlo.

"Si después de esto gana [Miguel] Lifschitz, le daremos la mano y le desearemos suerte. Yo voy a seguir viviendo en Santa Fe", dijo un serio Del Sel varias horas después de conocida la diferencia de 1776 votos en favor del socialismo.

"Todavía no está dicha la última palabra. Vamos a esperar hasta mañana [por hoy], nuestro único deseo es que la gente sepa quién ganó la elección. Pero siguen quedando dudas", dijo Del Sel cerca de las 21, en declaraciones al canal de noticias TN.

"Hemos ganado intendencias, legisladores provinciales, concejales estamos felices. Voy a seguir ayudando a Macri presidente", resumió Del Sel. Así, dio certezas sobre su futuro político, ya que después de la elección había advertido que si perdía, se iría a su casa.

En el búnker Pro de Santa Fe, pero también en el edificio de Parque Patricios, donde funciona el gobierno porteño, se intentaba relativizar el término derrota. "Competimos contra un aparato provincial poderoso y otro candidato [Omar Perotti] con una estructura mínima. Y sacamos 31 puntos", se defendían desde el equipo de comunicación nacional que encabeza el secretario de Gobierno, Marcos Peña. Y reiteraron sus sospechas sobre la forma en la que se realizó el escrutinio. "Las autoridades del tribunal no son del todo objetivas", se quejaron en voz baja en el búnker macrista. También calificaron de "sugestiva" la aceptación de la derrota por parte del kirchnerista Perotti.

En la primera plana de Pro también se valoraba la performance electoral del ex Midachi, "que en cuatro elecciones consecutivas sacó 30 puntos". Los macristas reflexionaron: "Los medios nunca entendieron el fenómeno de Miguel".

¿Hay autocrítica después de lo sucedido y luego de una derrota ajustadísima, pero derrota al fin? "Si hay alguna, es que en octubre tiene que haber un fiscal por mesa sentado sin moverse", comentaron en el macrismo, reconociendo algunos problemas de fiscalización que sufrió Pro, sobre todo en localidades del interior provincial. La inclusión de Carlos Reutemann en el frente común tampoco alcanzó para ganar los comicios.

CORTOCIRCUITOS

Más allá de las culpas ajenas, en Pro reconocen algunos chispazos duraderos entre Del Sel y su jefe de campaña, el electo legislador provincial Federico Angelini. "Es la pelea entre Santa Fe y Rosario", describió un alto funcionario de Pro. En ese sentido, y según dos fuentes, Del Sel le habría pedido en repetidas ocasiones a Macri la separación de Angelini, algo que finalmente no ocurrió. "Son tensiones de campaña, Lifschitz y [Eduardo] Di Pollina se pelearon también", minimizó la interna otro dirigente macrista.

Lejos de la polémica, Macri recorrió ayer el partido bonaerense de Tres de Febrero junto con su candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, y el postulante local, el periodista e historiador Diego Valenzuela.

"Lo de Santa Fe se diluyó un poco, después vino el cierre de listas y ahora viene la elección en la ciudad", describió un operador Pro, interesado en que el traspié de Del Sel no haga mella en las chances electorales de Macri en las PASO nacionales, previstas para el 9 de agosto, y las presidenciales de octubre.. (La Nación)