Ni derrota en el recinto ni retiro definitivo del pliego. Sin los votos suficientes y sin la posibilidad de conseguirlos, el Gobierno asumió ayer con una tercera estrategia el fracaso de la postulación de Roberto Carlés para reemplazar a Raúl Zaffaroni en la Corte Suprema: el oficialismo en el Senado postergó sin fecha el tratamiento de la propuesta. El pliego quedó congelado.

El jefe de los senadores kirchneristas, Miguel Ángel Pichetto, comunicó formalmente la decisión a sus pares de la oposición, durante la reunión preparatoria de la sesión convocada para hoy.

Los jefes opositores, que minutos antes habían reafirmado en una presentación junto con Sergio Massa la decisión de rechazar el pliego, le reclamaron a Pichetto que la propuesta del Poder Ejecutivo sea tratada igual: quieren darle un cierre definitivo al tema y evitar sorpresas.

"No vaya a ser que preparen una emboscada para que, si por casualidad el oficialismo tiene dos tercios de los votos en una sesión, nos metan de sorpresa el pliego", advirtió el jefe de los senadores del Peronismo Federal, Adolfo Rodríguez Saá.

Esa misma desconfianza le transmitió a Pichetto durante la reunión de comisión. El jefe del bloque kirchnerista se comprometió a que no iba a haber trampas y garantizó que si llegaran a reactivar el tratamiento de la postulación la oposición se enteraría con tiempo.

En lugar de levantarse la sesión de hoy, la Comisión de Labor Parlamentaria decidió un cambio de agenda. Oficialistas y opositores acordaron incluir dos proyectos que no generan diferencias: la estatización del sistema ferroviario y la reparación económica a las víctimas y familiares del atentado contra la AMIA.

La idea del oficialismo es enfriar el tema, dejar que la discusión por Carlés se apague lentamente, la misma estrategia que había aplicado a principios del año pasado ante la polémica por el anteproyecto de reforma del Código Penal.

Esa iniciativa, en la que el jurista había intervenido como coordinador, nunca llegó al Congreso. En esa oportunidad fue determinante la campaña en contra que protagonizó Massa.

La decisión que ayer comunicó Pichetto, como todas las definiciones importantes del oficialismo en el Congreso, la tomó Cristina Kirchner. Carlés no fue notificado de las novedades. Nadie le sugirió que resigne su postulación. Por ahora él no tomará ninguna decisión. Esperará sentado en el freezer.

El kirchnerismo debió congelar la propuesta ante la evidencia de que no tenía posibilidades de conseguir los votos. Se necesitan dos tercios de los presentes. Es decir que si estuvieran los 72 senadores se requeriría el respaldo de 48. En el mejor de los escenarios, el kirchnerismo sólo tenía 42.

Ese estado de situación quedó reafirmado ayer en una conferencia de prensa que los presidentes de los principales bloques de la oposición en el Senado compartieron con Massa.

El jefe del Frente Renovador escenificó la entrega de las firmas que recolectó durante las últimas dos semanas en contra del pliego de Carlés. "Queremos construir una justicia independiente y ponerle punto final a la justicia militante, que sólo se ha dedicado a garantizar la impunidad de los delincuentes", dijo Massa, decidido a adjudicarse el fracaso del oficialismo.

Antes de cederle la palabra, Gerardo Morales (UCR) y Adolfo Rodríguez Saá (Peronismo Federal) le habían agradecido con énfasis la iniciativa.

Se trata de una campaña con una consigna nada sutil. "Basta de jueces sacapresos", decían las 23 cajas verdes y azules en las que Massa trajo las adhesiones. Según el FR, la campaña recolectó más de 2.750.000 firmas.

De la conferencia de prensa también participaron Liliana Negre de Alonso, Graciela Di Perno, Ángel Rozas, Fernando "Pino" Solanas, Guillermo Pereyra y Laura Montero.

"A seis meses de las elecciones, impulsar un nombramiento huele a picardía, pirueta o trampa", sostuvo Solanas.

La voz cantante la llevó Massa, el más duro contra Carlés. "Queremos que los jueces apliquen la ley y no que se dediquen a teorizar sobre las conductas de los delincuentes. Para eso no deberían haber estudiado derecho, sino psicología", se despachó.

Para el jefe del FR, la conferencia fue ganancia pura: se mostró con varios de sus posibles aliados en la carrera presidencial y, pese a que su fuerza no tiene ningún senador, se adjudicó parte de la derrota del oficialismo.(LANACION)