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30/12/2014 23:00 hs

Vacaciones con sus dos hijas adolescentes

Internacionales - 30/12/2014 23:00 hs
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Según los observadores, Sasha y Malia muestran señales típicas de la edad, como querer más independencia o sentirse incómodas por pasar tiempo con sus padres.

Como presidente, Barack Obama debe enfrentar desafíos de relevancia mundial incluso durante sus vacaciones. Pero como padre también puede tener que lidiar con desafíos en el frente doméstico: dos semanas de vacaciones con sus hijas adolescentes.

Desde que nacieron, Malia y Sasha, de 16 y 13 años, respectivamente, han venido a este lugar, donde su padre pasó gran parte de su infancia, casi todas las navidades, y no se han perdido una sola desde que Obama llegó a la presidencia. Pero ahora Malia y Sasha son adolescentes que han entrado en esa edad en la que, según los expertos, a los chicos ya no les interesa tanto, digamos, pasar el día en la playa con papá y mamá.

A pesar de la experiencia única de crecer en la Casa Blanca, protegidas por el Servicio Secreto y personal responsable de controlar meticulosamente su exposición, en las raras oportunidades en las que aparecen demuestran ser lo que son: adolescentes con despuntes de independencia e iniciativa propia.

Se sacan selfies, miran para otro lado cuando su padre hace chistes y prefieren a Beyoncé antes que "una que sepamos todos". Hace poco, Michelle Obama le dijo a People que sus hijas habían sido "la excusa para ver todas las películas de Disney, pero ahora ya no quieren ir".

Parecen ser tiempos distintos de aquellos días de 2011 en que las chicas fueron fotografiadas de la mano de su padre durante una visita al Parque de Vida Marina de Waimanalo.

En una entrevista en el programa Live with Kelly and Michael, Barack Obama les dijo a sus anfitriones Kelly Ripa y Michael Strahan que Malia había asistido a su primer baile escolar. "Hay que admitir que la primera vez que uno ve a su hija en tacos altos es un poco desconcertante", dijo Obama. Cuando le preguntaron si había asistido con un chico, el presidente soltó una broma: "Eso es información clasificada".

El 19 de diciembre, Sasha, luciendo una solera blanca y sandalias con plataforma de madera, y Malia, con vestido a lunares, bajaron del avión presidencial Air Force One junto a sus padres, en la Base Conjunta Pearl Harbor-Hickam, y después de casi 10 horas de viaje sus caras no mostraban demasiado entusiasmo.

El viernes, pasaron una tarde de 26 grados y pleno sol junto a sus padres y los amigos de la familia en las recluidas arenas blancas de la Estación Bellows de la fuerza aérea. Cerca de una hora y media más tarde, Obama se separó de su familia para jugar al golf con amigos.

"Hablar de vacaciones familiares cuando se tienen dos hijas adolescentes es un oxímoron", dijo Madeline Levine, psicóloga y autora de The Price of Privilege.

La Casa Blanca vigila de cerca el modo en que son presentadas por los medios las hijas de Obama, y muy rara vez permite que los reporteros puedan verlas. Los periodistas que viajan en la comitiva presidencial reciben instrucciones de no fotografiar a las menores sin sus padres, y sólo de tanto en tanto reciben detalles del empleo del tiempo de las chicas en la isla.

Según un funcionario de la Casa Blanca, la mañana de Navidad, los Obama abrieron los regalos y cantaron villancicos en la casa que alquilan, una escena típicamente norteamericana si se la compara con el desdén que mostraron Sasha y Malia en Washington en la víspera de Acción de Gracias, cuando su padre cumplió con el ritual anual de perdonarle la vida a un pavo.

En aquella ocasión, las chicas se veían inquietas y miraban para otro lado. Cuando Obama les preguntó si querían acariciar al pavo indultado, Malia se encogió de hombros. "Naaa", dijo, y le arrancó una carcajada a la platea. BuzzFeed tituló: "A las chicas Obama nada las aburre más que los chistes de papá. ¡Uf.. Los padres!".

Los expertos en crianza dicen que unas vacaciones en familia son una buena oportunidad para dar a los adolescentes un poco más de independencia de la que suelen tener en casa. Pero por supuesto que para las hijas de Obama tener independencia en el sentido tradicional de la palabra es directamente imposible.

Los expertos aconsejan actividades al aire libre, como hacer tirolesa o surf en familia, que contienen un elemento de riesgo que seduce a los adolescentes.

Por razones de seguridad, las actividades recreativas de la familia presidencial tienen que ser un poco menos aventuradas. El miércoles, Obama y Malia, rodeados de un pequeño enjambre de agentes del Servicio Secreto, hicieron senderismo con amigos. Ese ritmo tal vez se ajuste a las expectativas vacacionales de la primera dama. Durante su visita a un hospital pediátrico de Washington, el 15 de diciembre, le preguntaron qué quería para Navidad.

"Sólo quiero que todos sean felices", dijo. "¡Y quiero dormir hasta tarde!"(LANACION)

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