La Organización Mundial de la Salud (OMS) pronosticó ayer que a principios de diciembre el número de personas infectadas con el virus ébola alcanzará su pico de contagios en hasta 10.000 casos por semana para luego iniciar un descenso gradual si se ponen en funcionamiento sus recomendaciones y protocolos para contener la enfermedad.

El virus está en plena expansión geográfica en Liberia, Guinea y Sierra Leona -los países más afectados-, la amenaza se cierne sobre sus fronteras y la falta de personal local e internacional es aún acuciante.

Hasta ahora, la cifra de muertos por el último brote, que se reportó por primera vez en Guinea en marzo y es considerado el peor desde 1976, cuando se descubrió el virus, alcanzó los 4447 sobre un total de 8914 casos, informó ayer Bruce Aylward, director general asistente de la OMS.

El funcionario del organismo internacional que depende de las Naciones Unidas espera que en la primera semana de diciembre se alcance el pico de enfermos y que a partir de ahí esa cifra comience a decrecer de forma gradual gracias a las acciones de lucha contra la enfermedad que se están aplicando actualmente.

El experto no quiso estimar cuántos casos acumulados podría haber en ese momento, dado que el número depende de muchos factores. Sin embargo, concordó con la presunción generalizada de que la cifra de 20.000 infectados estimada hace unas semanas como factible será superada con creces.

La OMS dijo que hasta ayer había un promedio semanal de 1000 contagios y el porcentaje de mortalidad se mantenía en el 70% de los afectados.

La idea de los responsables de la OMS es conseguir que la curva de crecimiento comience a descender a partir de principios de diciembre y se cumpla con el objetivo de comenzar a ver un claro descenso de casos a finales de diciembre.

Para alcanzar estos objetivos previamente se debe haber logrado la meta "70-70-60", es decir, lograr que en el plazo de dos meses (60 días desde el 1° de octubre) se consiga que el 70% de los infectados estén aislados y que el 70% de los entierros se haga de forma digna pero segura, para contener así dos de los principales vectores del contagio.

Aylward dijo que el plan de la OMS es que en dos meses se hayan podido detectar todas las cadenas de transmisión. "Esto dependerá de cuán rápido pongamos en práctica todos nuestros objetivos y de cuán efectivos sean. Sabemos que estamos pidiendo mucho y que estamos pidiendo mucho al sistema, pero es lo que hay que hacer si el objetivo es atajar la enfermedad", confesó. "Porque si no lo hacemos así, más personas morirán y más difícil será controlar la epidemia", concluyó.

Respecto de la zona caliente en Sierra Leona, Guinea y Liberia, Aylward dijo que preocupaba mucho a la OMS la extensión del ébola a las capitales de los tres países, Freetown, Conakry y Monrovia, y que en algunos sectores se redujo el número de casos, "lo cual no significa que bajarán a cero", y que la organización se concentraba en el tratamiento de los enfermos.

"Sería horrendamente contrario a la ética decir que nos limitaremos a aislar a la gente", dijo, tras revelar que las prioridades eran entregar equipo protector a las familias e instalar clínicas con lo más básico.

En este contexto, Alemania anunció ayer la muerte de un trabajador médico de la ONU infectado con ébola. El hombre dio positivo el 6 de octubre en Liberia y llegó a Leipzig el 9 de octubre, cuando fue internado en una sección especial aislada y herméticamente cerrada.

Agencias ANSA, DPA, EFE y Reuters