En una noticia esperada, que tuvo gran repercusión en el mundo de las finanzas italianas, después de casi 23 años al frente del "Cavallino", Luca Cordero di Montezemolo dijo adiós a Ferrari. El emblemático manager boloñes, de 67 años, muy amigo del ex patrón de Fiat Giovanni "Gianni" Agnelli y que en su juventud llegó a trabajar con el mítico Enzo Ferrari, dejará de ser presidente de la Rossa el 13 de octubre. El mismo día, el grupo Fiat Chrysler Automobile (FCA) empezará a cotizar en Wall Street. Montezemolo será reemplazado en su cargo por Sergio Marchionne, administrador delegado del grupo FCA, que a su vez es propietario del 90% de las acciones de la marca de Maranello.

En un comunicado de FCA, Marchionne, de 62 años, destacó que Montezemolo "llevó la firma a un nivel tecnológico y organizativo de excelencia", y que "logró que la empresa consiguiera resultados muy importantes tanto desde el punto de vista económico como deportivo".

Más allá de los elogios -que también abundaron en una conferencia de prensa conjunta de Montezemolo y Marchionne en Maranello-, fue el domingo pasado que se hizo patente que era inminente una ruptura. Al hablar en un seminario económico, Marchionne fue clarísimo: "Lo importante para Ferrari no son sólo los resultados económicos, sino ganar. Y ya son seis años, desde 2008, que nos cuesta", dijo. Y fue más allá. Refiriéndose a Montezemolo, "patrón" de Ferrari desde hace dos décadas, disparó: "Nadie es indispensable".

Las discrepancias entre Marchionne y Montezemolo, evidentes en los últimos días, venían arrastrándose desde hace al menos dos años y no sólo a la luz de los poco alentadores resultados deportivos. Montezemolo siempre había interpretado a Ferrari -que suele vender unos 7000 autos por año en todo el mundo-, como una entidad autónoma, con lógica propia. Concepto que no compartía Marchionne, que considera la marca de Maranello una de las firmas más prestigiosas del grupo que, junto a Maserati y a la nueva Alfa Romeo, representa una pieza fundamental en la estrategia de FCA.

Ayer, en la conferencia de prensa conjunta del adiós de Montezemolo, sin embargo, Marchionne dijo que Ferrari jamás será "americana", sino italiana. "No hay ninguna intención de integrar a Ferrari en el sistema Fiat-Chrysler. La independencia operativa y estratégica de Ferrari nunca será puesta en discusión. La firma no tiene nada que ver con Estados Unidos, tendrá acceso a los mercados estadounidenses, pero la idea de que Ferrari pueda ser producida fuera de este lugar es obscena", dijo.

Entre sonrisas, Montezemolo admitió que hubo discrepancias con Marchionne. "Pensaba irme al final del año que viene, pero el inicio de una fase nueva me convenció a presentar mi dimisión", dijo, al referirse al desembarco de FCA en la Bolsa estadounidense el 13 de octubre. Con el gran divorcio en Ferrari oficializado, la acción de Fiat ganó 2,14% en el mercado local. El nombre de Montezemolo, en tanto, sonaba fuerte como candidato para presidir la nueva Alitalia, que selló recientemente un acuerdo con Etihad, compañía aérea de los Emiratos Árabes.

El gran misterio es la liquidación que embolsará el manager boloñés. Según La Repubblica, la base de las tratativas parte de un mínimo de 24 millones de euros. Pero los "premios" por su carrera podrían inflar su cheque hasta 50 millones.(LANACION)