Mientras los bombardeos norteamericanos se extendían sobres las posiciones de Estado Islámico (EI), el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer que pasado mañana revelará el "plan de acción" de la Casa Blanca paraneutralizar la amenaza de ese grupo jihadista que en apenas tres meses sembró de muerte y destrucción los territorios que controla en Siria e Irak.

En los últimos días, el jefe de la Casa Blanca intentaba cerrar una alianza internacional para contener y eliminar a EI, que en las dos semanas precedentes decapitó a cuatro hombres -dos de ellos periodistas norteamericanos- y ejecutó a decenas de soldados sirios y milicianos kurdos.

"La próxima etapa es pasar a una forma de ataque. El miércoles daré un discurso y describiré cómo será nuestro plan de acción", explicó Obama en una entrevista con NBC News poco después de su regreso a Washington de una cumbre de la OTAN en la ciudad galesa de Newport.

"Quiero que la población entienda cuál es la amenaza y qué vamos a hacer contra ella. Vamos a reducir sistemáticamente sus capacidades, vamos a reducir el área que ellos controlan y al final vamos a derrotarlos", prometió Obama.

"La buena noticia que viene de la última cumbre de la OTAN es que el conjunto de la comunidad internacional entiende que se trata de una amenaza que hay que enfrentar", afirmó el presidente norteamericano, que no prevé enviar tropas terrestres ni pretende lanzar "el equivalente a la guerra en Irak".

"Pero no será como en 2003", aclaró Obama, en alusión a la alianza con Gran Bretaña que invadió Irak y derrocó a Saddam Hussein. "No enviaré tropas, pues las tropas en el terreno deben ser iraquíes. No tendría sentido que Estados Unidos ocupara países en Medio Oriente. No tendríamos siquiera los recursos para hacerlo", completó.

En Newport, los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Australia, Turquía, Canadá y Polonia abordaron la creación de una coalición para luchar contra EI en Irak y Siria, pero que excluye cualquier tipo de ofensiva terrestre.

Los países árabes reunidos en El Cairo, por su parte, acordaron ayer "tomar las medidas necesarias para hacer frente a los grupos terroristas", entre ellos EI, dijo el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, sin mostrar explícitamente su apoyo a la propuesta estadounidense de una coalición internacional contra los jihadistas.

Algunos analistas norteamericanos interpretaron el anuncio del discurso como un posible indicio de que Obama está cerca de tomar una decisión sobre la eventual extensión de los ataques aéreos contra EI en Siria, país que se encuentra sumido en una guerra civil en la que las fuerzas de Bashar al-Assad enfrentan a rebeldes moderados y a las milicias islamistas.

Voceros de las fuerzas armadas norteamericanas advirtieron que EI no podía ser derrotado si no se atacaban sus bases en Siria, una iniciativa a la que la Casa Blanca se ha negado hasta el momento.

Acusado de llevar adelante masacres contra las poblaciones civiles que no abrazan su ideología, EI había logrado en enero pasado el control de algunas zonas de la provincia occidental de Al-Anbar, en Irak, pero intensificó su avance en este país árabe gracias a una audaz y bien planeada ofensiva lanzada el 9 de junio, que tomó por sorpresa a la mayoría de los gobiernos occidentales.

El mando militar norteamericano informó ayer que, "a petición del gobierno de Irak", la aviación atacó a EI cerca de Haditha para impedir que tomen su represa, que, junto con la de Mosul, es vital para la producción eléctrica y el riego en el país.

En este sector, una ofensiva del ejército iraquí, aprovechando los bombardeos de Estados Unidos y con el apoyo de tribus sunnitas, logró arrebatar a los jihadistas la ciudad de Barwana, al este de Haditha.

La decisión de Obama llegó después de que el jefe de la Casa Blanca recibió una lluvia de críticas por su presunta inacción ante la ofensiva de EI, que incluyó las brutales decapitaciones de los periodistas norteamericanos James Foley y Steven Sotloff.

Gran parte de los legisladores, especialmente los republicanos, que le enrostran a Obama una política exterior tibia, presionan desde hace días a la Casa Blanca para que exponga ante el Congreso un plan más detallado y que se incrementen las operaciones militares en Irak.

En 2011, el líder norteamericano completó el retiro de las unidades de combate de ese país árabe, que desde entonces no logra mantener la estabilidad política como tampoco consolidar su seguridad. (Agencias)