La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se desmarcó ayer del escándalo que salpica a la petrolera estatal Petrobras, tras las denuncias publicadas en la prensa brasileña sobre un supuesto caso de corrupción en la compañía que podría afectar a la reelección de la mandataria.

"Creo que [la denuncia] no afecta nada al gobierno, porque nadie del gobierno fue acusado de nada", dijo ayer Dilma, en una conferencia de prensa celebrada en el Palácio da Alvorada, su residencia oficial, después de un encuentro con jóvenes.

La prensa brasileña divulgó hace unos días detalles sobre las declaraciones a la policía de un ex directivo de Petrobras encarcelado.

Según la revista Veja, Paulo Roberto Costa, ex director de Refinamiento y Abastecimiento, habría denunciado por un supuesto caso de corrupción al ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, y a unos 60 legisladores, entre ellos los presidentes de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, y del Senado, Renan Calheiros, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aliado del gobernante Partido de los Trabajadores (PT). El regreso de un escándalo conocido desde hace tiempo produjo revuelo en Brasil, semanas antes de las elecciones presidenciales del 5 de octubre.

De acuerdo con la declaración de Costa, los políticos recibían el 3% de comisión sobre el valor de cada contrato firmado durante su gestión en Petrobras, que se extendió entre 2004 y 2012. Las denuncias afectarían a Dilma, que presidió el Consejo de Administración de la compañía entre 2003 y 2011.

El interrogatorio a Costa se está realizando desde la semana pasada en secreto, en las dependencias de la Policía Federal, en la ciudad de Curitiba.

"Creo que nadie tiene acceso a esos datos. No creo que los datos de la prensa sean oficiales", dijo Dilma, que reiteró que, cuando reciba datos oficiales, tomará las "medidas oportunas", pero no antes.

La presidenta, que se presenta a la reelección en los comicios del 5 de octubre, señaló que el gobierno ha tenido una posición extremadamente clara, puesto que han sido organismos gubernamentales, como la Policía Federal, los que impulsaron las investigaciones.

El ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, calificó ayer la filtración de "simples rumores", y dijo que los adversarios políticos de Dilma están intentando utilizar la noticia para cambiar el rumbo de la campaña "a la desesperada".

Costa fue arrestado el pasado marzo acusado de corrupción y lavado de dinero en Petrobras entre 2004 y 2012 y, según la prensa brasileña, habría aceptado una oferta de la justicia para delatar a políticos a cambio de una reducción de su condena, que en virtud de los cargos que se le imputan podría llegar a superar los 20 años de cárcel. (Agencias)