Son médicos. Tienen un título otorgado por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), un carnet y una matrícula. Trabajan en hospitales y clínicas. Pero no pueden dictar clases ni cursar posgrados en la Facultad de Ciencias Médicas de esta ciudad, porque esta casa de altos estudios no los reconoce como graduados.

Ésta es la historia de algunos de los 80 médicos que, debido a un conflicto académico, incluso fueron denunciados como "un peligro para la salud pública" por las autoridades de esa Facultad.

Agustín es un caso ejemplar: tuvo promedio 9 durante su etapa como estudiante en la Facultad de Ciencias Médicas. Hoy es residente en el Hospital San Martín, en el servicio de Clínica Médica. Obtuvo el mejor puntaje entre 300 candidatos inscriptos para ingresar en esa residencia.

Sin embargo, el título académico de Agustín no lleva la firma del decano ni del secretario académico de la Facultad de Ciencias Médicas. "Fui uno de los estudiantes que presenté una medida cautelar porque cambiaron el plan de estudios mientras cursaba", denunció el estudiante, egresado hace un año.

El joven, de 25 años, relató que se inscribió en la carrera en 2008. Cinco años después, cuando se quiso anotar en las Prácticas Finales Obligatorias (PFO), la facultad le exigía no adeudar exámenes finales para cursar esas prácticas, indispensables para obtener el título de médico.

Agustín apeló a la Justicia, ya que en el año en que ingresó en la Facultad sí se le permitía cursar las PFO con exámenes finales pendientes. El joven finalmente obtuvo una medida cautelar a su favor por parte de la Justicia e ingresó en las PFO con un solo examen pendiente. Su rendimiento fue excelente. Terminó la facultad con un promedio de 9 puntos.

"Me parece duro, aberrante, que el decano no nos firme el título. Ése es su deber como funcionario público -comentó a LA NACION el joven residente del Hospital San Martín-. Nosotros rendimos todas las materias como el resto de los estudiantes. No le pusimos una pistola en la cabeza a los docentes para que nos aprueben. Sólo acudimos a la justicia para que se respeten nuestros derechos como estudiantes, ya que el plan de estudios cambió en la mitad de la carrera".

Para el joven médico, la decisión del ex decano Jorge Martínez de no firmar sus títulos fue "una venganza por esta decisión de ir a la Justicia". "Yo, de todas maneras, tengo el título de médico. Y espero ir a perfeccionarme fuera del país", planteó Agustín, que está vedado para cursar un posgrado en la Facultad de Ciencias Médicas de esta capital provincial.

El caso de Agustín no es aislado. Damián tiene un título de médico, otorgado por la presidencia de la UNLP. Tiene un carnet de médico. Y una matrícula. Pero no puede dar clases en la Facultad de Medicina, donde se recibió, porque allí aún lo consideran un estudiante no graduado.

"La facultad no me reconoce como egresado -denunció Damián al contar su caso a LA NACION-. Por eso no me puedo anotar en una ayudantía."

Damián se recibió en marzo último. Sorteó numerosas dificultades para obtener el título: es que en el transcurso de su carrera, que inició en 2005, cambió el plan de estudios y los requisitos para acceder a las PFO. "Según el plan original con el que ingresé, se podía cursar PFO adeudando materias. Luego, eso cambió. Desde 2013 se exigía tener todos los finales al día para cursar esas prácticas. Yo tuve que presentar una medida cautelar ante la Justicia para cursar con ocho finales adeudados", relató.

"Tuve una cautelar y cursé PFO a partir de junio de 2013. Terminé en febrero y me recibí en marzo último -relató-. El título me lo otorgó la UNLP. Pero no tiene la firma del decano de la Facultad de Medicina."

Una vez obtenido el título, Damián enfrentó un nuevo escollo antes de poder ejercer como médico: "El ex decano de Medicina envió cartas al Colegio de Médicos para evitar que nos matriculen, argumentando que nosotros (los estudiantes recibidos en esas condiciones) éramos un peligro para la salud de la población. Por suerte, el Colegio entendió que el título estaba habilitado por la UNLP y resolvió matricularnos igual. Todo fue muy bizarro. Y muy injusto", relató.

"Sufrimos todo tipo de persecuciones por defender nuestro derecho a estudiar de acuerdo con el plan de estudios por el que ingresamos. Ninguna resolución de la facultad puede ser retroactiva. Eso lo reconoció la Universidad, por eso nos firmó nuestros títulos", explicó.

Ahora Damián trabaja en una clínica privada y en una empresa de Quilmes. "A la hora de pedir trabajo nadie se fijó en las firmas del título, pero no sé si me puede perjudicar más adelante", admitió.

Santiago también es médico. Trabaja en una empresa de ambulancias de La Plata. Su título tampoco está reconocido por el decano de la Facultad de Ciencias Médicas.

"Esta situación no me perjudicó para conseguir trabajo. Pero es una discriminación respecto de otros colegas, ya que yo cumplí todos los requisitos para recibirme. No hay razón para que no lo firmen", se quejó.

El médico relató que, pese a tener un título reconocido por la Universidad Nacional de La Plata, en la Facultad de Ciencias Médicas aún no figura como graduado, sino como estudiante.

"Si necesito un certificado analítico para un posgrado, no me lo dan. No puedo cursar un posgrado de la Facultad", denunció el profesional, que se siente discriminado.(LANACION)