Ayer por la tarde conoció a la familia de su madre, por la noche cenó en la Quinta de Olivos junto a la presidente Cristina Kirchner y hoy hizo su primera aparición pública. En 72 horas la vida de Guido Carlotto cambió por completo.
 
Hace dos meses supo que es adoptado, hace 18 días se hizo el análisis de sangre para que su ADN se coteje con otros y el pasado martes se enteró que era hijo de desaparecidos. Y que su abuela era nada más y nada menos de Estela de Carlotto. Todavía se siente más cómodo con el nombre de Ignacio Hurban, pero aclaró: "Estoy acostumbrado a mi nombre, Ignacio. Lo voy a seguir manteniendo. Pero entiendo que tengo una familia que hace más de treinta años que me está nombrando como Guido y me siento cómodo con la verdad que me toca".
 
Estela de Carlotto precisó que fue su propio nieto restituido quien decidió convocar a la prensa, en la sede ubicada en Virrey Cevallos 592, para dar detalles de su caso. "Yo no lo fuerzo para nada", aclaró la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien insistió que la decisión de hablar con los periodistas la tomó él.

Anoche la jefa de Estado recibió a Estela de Carlotto y su nieto recuperado, en una reunión en la que también estuvieron los hijos de la mandataria, Máximo y Florencia Kirchner, y sus principales colaboradores.
 
En tanto, en un breve cruce radial que tuvo con la abuela paterna de Guido, Hortensia Ardura, Estela de Carlotto confirmó que hoy se encontrarán personalmente y expresó que está "orgullosa y contenta" de que Laura, su hija desparecida, "se haya enamorado tanto" del hijo de Ardura.
 
Además, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo ratificó que logró postergar la declaración de Guido -prevista en un principio para la semana que viene- como testigo en el proceso judicial que investiga su apropiación.
 
Pero volvió a expresar su malestar con la jueza federal María Servini de Cubría, por haber revelado los datos personales de Guido, horas después de enterarse que era hijo de desaparecidos. "Estoy molesta y dolorida a la vez porque dio a conocer la identidad. Nunca me imaginé, porque la condición institucional es no hablar del caso con el nombre propio, la dirección, los datos personales. Estuvo muy mal", indicó.