"¡Torturar a las personas es un pecado mortal, un pecado muy grave!", clamó ayerFrancisco al recordar, después de la oración mariana del Angelus, que el 26 de junio se conmemora la Jornada de las Naciones Unidas para las víctimas de la tortura.

"En esta circunstancia, reitero la firme condena de cada forma de tortura e invito a los cristianos a comprometerse con su abolición y a sostener a las víctimas y a sus familiares", dijo el Papa, y desencadenó aplausos entre los miles de fieles de todo el mundo que, pese al calor, llenaban la Plaza San Pedro.

El Papa, que anteayer viajó a un pueblo de Calabria desde donde condenó con fuerza a la mafia , durante el Angelus recordó la fiesta del Corpus Domini o Corpus Christi, que se celebró ayer en Italia y otros varios países. Y explicó, con palabras simples, su significado: "Cada vez que participamos en la santa misa y nos nutrimos del cuerpo de Cristo, la presencia de Jesús y del Espíritu Santo actúa en nosotros, plasma nuestro corazón, nos comunica las actitudes interiores que se traducen en comportamientos según el Evangelio".

"De este modo, la eucaristía hace madurar un estilo de vida cristiano", dijo, al destacar que la caridad de Cristo, recibida con corazón abierto, "nos cambia, nos transforma, nos hace capaces de amar no según la medida humana, siempre limitada, sino según la medida de Dios".

"¿Y cuál es la medida de Dios?", preguntó. "La medida de Dios es sin medida! ¡Todo! ¡Todo! ¡Todo! ¡No se puede medir el amor de Dios, es sin medida!", respondió ante una entusiasmada multitud, que se protegía con paraguas de un sol impiadoso.

El papa Francisco invitó luego a los fieles a amar también a quienes no nos aman.

"Esto no es fácil porque si nosotros sabemos que una persona no nos quiere, también nosotros estamos llevados a no quererla", reconoció. "Pero no. Tenemos que amar también a quien no nos ama", exhortó, al recordar cosas tan simples como que hay que oponerse al mal con el bien, que hay que perdonar, compartir, recibir.

"No olviden estas dos cosas: la medida del amor de Dios es amar sin medida. Y siguiendo a Jesús, nosotros, con la Eucaristía, hacemos de nuestra vida un don", concluyó, en medio de más aplausos.

Al día siguiente de un viaje agotador pero exitoso a Cassano allo Jonio, tierra de mafia, atacó como nunca antes lo había hecho un papa al crimen organizado, al decir claramente que sus miembros están excomulgados, los diarios italianos destacaron en forma unánime la valentía del papa argentino, "que está siempre en primera línea".

"Nunca antes había sucedido que un papa dijera públicamente, sin vueltas, que los mafiosos están excomulgados. El papa Francisco lo hizo desde el púlpito, en tierra de mafia", subrayó en su portada La Stampa.

Roberto Saviano, periodista y escritor italiano que saltó a la fama con el best sellerGomorra, una investigación sobre la "camorra", la mafia napolitana, y que debido a sus publicaciones vive bajo escolta desde 2006, en un artículo en el diario La Repubblica no dudó en escribir que "las palabras del papa Francisco hacen entrar a la Iglesia en una nueva era".

Saviano subrayó, en efecto, que desde siempre los mafiosos han intentado aparecer "devotísimos y catolicísimos", y habló de la actitud ambigua que mantuvo sobre este tema la Iglesia hasta ahora.

Pero se manifestó esperanzado en que, después del valiente gesto de anteayer del papa argentino, con todas las letras "se pueda deshacer cualquier relación entre los clanes y las parroquias". (La Nación)