Ferrer, quien será desde mañana el cuarto tenista del planeta (desplazará al tandilense Juan Martín Del Potro, que quedará quinto), impuso su juego agresivo y logró cortar la racha positiva del "Tano" Fognini (14), ante unas 5.000 personas que se acercaron hasta el Buenos Aires Lawn Tennis Club, en el barrio porteño de Palermo.

El español nacido en Alicante ratificó que se siente a gusto en el ATP porteño y además de lograr su título 21, desplazó a Carlos Moyá (conquistó 20 torneos) y se convirtió en el segundo español más ganador en la era abierta, detrás de un crack como Rafael Nadal, el número uno del mundo que atesora 61, incluidos ocho Roland Garros.

Ferrer había superado en las rondas previas a dos sudamericanos, el argentino Máximo González (160) y el colombiano Santiago Giraldo (57), luego le ganó a dos compatriotas, Albert Ramos (92) y Nicolás Almagro (18), y esta tarde acabó con la racha de cinco finales consecutivas sobre polvo de ladrillo de Fognini.

El alicantino se llevó el primer set en forma ajustada por 6-4 con un quiebre de servicio muy oportuno, ya que le permitió llevarse el parcial en 37 minutos y a su vez establecer un dominio mental sobre el italiano.

Es que "Ferru" comenzó mejor, se puso 3-0 con un quiebre (2-0) y luego se quedó, ya que Fognini reaccionó hasta igualar 3-3 y parecía que concretaba otra remontada como hizo ayer ante el también español Tommy Robredo (17) cuando perdía 6-3 y 5-4, y luego se llevó el partido.

Ferrer se adjudicó el parcial y puso a la defensiva a un rival que venía cansado (llevaba 10 victorias consecutivas sobre arcilla este año) al punto de que solicitó atención kinesiológica en el cuádriceps derecho en el séptimo punto del set inicial.

En el segundo parcial, Ferrer fue inteligente, ya que lo movió continuamente con derechas muy precisas y lo trajo a la red con drops, lo que terminó de desestabilizar el físico de Fognini, quien lucía cada vez más cansado.

Igualmente, el italiano sacó un par de reveses paralelos formidables, que hicieron poner de pie al estadio entero, rendido ante tanto talento.

Ferrer no se inmutó cuando Fognini lo ridiculizó con un globo y otro revés paralelo de excelencia. Al contrario, continuó con su plan, no jugó dos pelotas iguales y por momentos se convirtió en un frontón, esto merced a que tiene una velocidad de piernas descomunal que le permitió llegar a pelotas imposibles.

El español ajustó su devolución y pudo pasar al frente con el partido igualado en tres (Fognini salvó un punto de quiebre), pero recién lo logró en el 5-3, cuando se apoderó del servicio de su rival.

Ferrer no vaciló con su saque, quedó rápido 40-0 y festejó con el primer match point, luego de una derecha cruzada del italiano que terminó en la red.

El español es de los mejores del mundo sobre polvo de ladrillo y lo dejó claro una vez más, lo que le valió el reconocimiento unánime del público, que sin argentinos desde los octavos de final, se dio el gusto de ver en acción a un jugador `top` y a otro que va en camino de serlo muy pronto, porque talento y mentalidad tiene de sobra, como Fognini.