River superó como local a Gimnasia por 1-0, en un partido correspondiente a la primera fecha del Torneo Final. El Millonario, que había tenido un verano redondo, se presentó en el campeonato con un triunfo que ilusiona frente a un Lobo que dejó una imagen muy pobre. 

El equipo de Ramón Díaz fue superior desde el arranque, aunque en los primeros instantes tuvo algunos problemas para manejar la pelota. Con el correr de los minutos, logró precisión en el traslado de la pelota y consiguió presionar bien arria a un rival que aguantó hasta donde pudo.

El dueño de casa avisó con una gran maniobra de Manuel Lanzini, una de las figuras, quien giró y remató apenas desviado. El mediocampista también lo tuvo después de un desborde de Gabriel Mercado, pero un desvío en el camino terminó con el peligro y decretó un tiro de esquina.

La otra figura de River fue Fernando Cavenaghi, retrasado para arrancar las jugadas y rápido para ir a buscar la resolución. El Torito pudo haber abierto el marcador con un latigazo cruzado que salió cerca, tras una buena asociación con Teófilo Gutiérrez.

El gol llegó en el último minuto del primer tiempo con un disparo potente y certero de Leonardo Ponzio. El mediocampista llegó hasta tres cuartos de cancha y sacó un esquinado remate que se clavó junto al palo derecho de un Fernando Monetti que no tuvo reacción.

En el complemento las cosas no cambiaron: el Millonario mantuvo el predominio y  la iniciativa, y también contó con varias chances para liquidar la historia. Sin embargo, falló en la definición y la diferencia de un solo tanto le impidió relajarse hasta que Pablo Lunati decretó el final. 

Entre las oportunidades marradas hubo un disparo de Cavenaghi que dio en el palo y hasta una rabona que probó Lanzini. La impaciencia de los hinchas y el enojo de Ramón Díaz por las chances desperdiciadas no opacaron la alegría de haber sumado de a tres en la presentación.

El cierre encontró a un Monumental con mucho público en una lluvia de aplausos hacia sus jugadores e incluso unos minutos antes del final volvieron los cánticos para el entrenador. En la vereda de enfrente, Pedro Troglio se fue preocupado por el flojo nivel de su Gimnasia.