"Creemos que la muerte no es la última palabra", dijo el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, al inicio del responso para despedir a cuatro bomberos de la Policía Federal muertos ayer en el incendio y derrumbe de un depósito en el barrio de Barracas.
  Monseñor Poli deseó a los familiares y allegados de los servidores públicos fallecidos "que el Señor resucitado los anime, les de fuerza y los consuele en estos momentos de tristeza, de dolor y de partida". 
El cortejo fúnebre con los restos de los cuatro bomberos de la Policía Federal que perdieron la vida ayer durante un incendio en un depósito del barrio porteño de Barracas, llegó a las 17.05 al cementerio de la Chacarita donde serán sepultados.

El cortejo fue presidido por la autobomba que habitualmente usaban los bomberos fallecidos, la cual portaba ofrendas florales, mientras que durante todo el trayecto el paso de la caravana estuvo acompañado por las sirenas de los bomberos.

Numerosas personas acompañaron con pañuelos bancos y tiraron flores al paso del cortejo, mientras que en el cementerio fueron recibidos por representantes de las cuatro fuerzas de seguridad: Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeronáutica.

Los "Honores Fúnebres Extraordinarios a los Caídos en el Cumplimiento de Deber" están presididos por el Superintendente de Bomberos, Héctor Martínez, mientras que también está presente el Arzobispo de Buenos Aires Mario Poli.