Es temporada de melón y en el norte mendocino, los productores de Lavalle aportan un buen volumen y de alta calidad. Uno de ellos es Pascual Arce, quien hace 30 años integra la cooperativa Lacrofrut, junto a 25 familias. Se trata de una unidad productiva ubicada en el departamento de Lavalle, en la que tiene como producto estrella al melón, una de las producciones más abundantes de la zona.

“Aquí se producen los mejores melones del país”, dijo en diálogo con Gente Necesaria. Explicó que la Cooperativa se formó en 1988 porque en aquellos tiempos era muy difícil la comercialización, a partir de la iniciativa de un Ingeniero del Inta y el municipio.

La cooperativa se compone por pequeños y medianos productores, con no más de 20 hectáreas cada uno, los cuales además diversifican su producción. Además para cumplir los compromisos comerciales, en el marco de la caída de granizo, las familias que integran la Cooperativa están distribuidas en todo el departamento, como una estrategia que surgió con los años, para garantizar la entrega de las unidades vendidas.
 
Explicó que el melón es la fruta más difícil de producir y comercializar porque es una planta rastrera, es muy vulnerable a las inclemencias del tiempo y luego de la cosecha, se cuenta con un ciclo muy corto de comercialización. “La planta es anual, por esto realizamos plantines en los viveros de la Cooperativa, luego se hace el trasplante e incorporamos tecnología como el riego por goteo”, añadió.

Dijo que la cosecha es familiar porque se necesita de mano de obra especializada. En tanto, señaló que el éxito está en el punto de corte para que el melón llegue a los mercados “frutilla caramelo”. “El primer indicador es que el melón está listo para cortar, es cuando aparece uno comido por una zorra”, señaló.

En este marco, especificó que hay que cortar el melón cuando tiene entre 13 y 14 grados lo cual “indica un punto casi crema y permitir que al mercado llegue crema”. Aclaró que el melón no resiste cámara; Es campo, empaque, mercado y verdulería.

“Del valor al que lo adquiere el consumidor, el 30% le queda al productor porque es una cadena de pase donde todos se quedan con una parte”, indicó. Dijo que si bien en algún momento propusieron un vínculo directo entre el productor y consumidor, se dieron cuenta que no podían saltar y cabecear.

Así es que las familias concentran su producción en el centro cooperativo donde se empaca, comercializa y distribuye la fruta a los mercados de todo el país. Destacó el sistema cooperativista como la única forma para que el productor pueda vivir un poco mejor.
 
Dijo que vienen bien con la producción pero que en estos últimos días se comenzó a complicar por las precipitaciones.

Por último, comentó algunas leyendas populares que le transmitió su padre y que implementa en el día su producción. “Algunas veces funciona y otras no”, añadió.