En sus primeros días afuera de la cárcel, en San Petersburgo, la joven admitió: "Estoy contenta, pero tranquila voy a estar el día que me den un pasaje y vuelva a mi casa"
La argentina Camila Speziale, detenida hace dos meses en Rusia por protestar en el Ártico ruso junto a 29 compañeros de Greenpeace, fue liberada el jueves pasado, dos días después de que la justicia de San Petersburgo le otorgara la libertad bajo fianza.
La joven de 21 años se convirtió en la 11° tripulante del Arctic Sunrise en recuperar la libertad, después de que Greenpeace pagara las fianzas. "Yo no estoy tranquila, estoy contenta. Pero tranquila voy a estar el día que me den un pasaje y vuelva a mi casa", diji Camila, en una entrevista con el diario Clarín.
Camila contó cómo era su vida en la cárcel. Se levantaba a las 6 de la mañana, se prendía una radio y encendían las luces. Seis y media, le llevaban el desayuno: una taza de té, pan y algo parecido al arroz con leche. A las ocho tenía inspección: entraban los guardias y miraban las ventanas, movían la cama, miraban el baño, preguntaban si estaba todo bien. cerca de la una, el almuerzo. Casi siempre una sopa de papa con cebolla, a veces con pollo o pescado. Y otras veces unos fideos. A las cuatro de la tarde, una hora de caminata. Era un espacio grande con paredes grises, un pasillo, con rejas. Y a las seis, la cena. A las 8 de nuevo inspección. Y a dormir.
"Pasaba de mirar tele, a leer, a quedarme mirando el techo, a escribir. Y así. Y llegaban momentos en que no tenía ganas de hacer nada. Intentaba hacer ejercicios, algo...", contó Camila sobre su día a día.(lanación)