Hace seis meses la mosaiquista local Carolina Marconi reunió a 25 de sus alumnas para proponerles construir un gran mural en mosaico para que no sólo se reflejara el trabajo que venían realizando en el taller sino que revalorizara un espacio público de todos los riocuartenses. Fue así que Carolina Marconi le presentó el proyecto a la Subsecretaria de Cultura y junto a Juan Pablo Casari coincidieron en que la mejor pared a intervenir era la de la Tintorería Japonesa.
 
“Los murales hablan de las historias de las culturas, de las historias de las ciudades y, por sobre todo, hablan de la gente, sus ideas y sus anhelos. Los murales hacen hablar a las paredes, provocan emociones y son la expresión de la conciencia de un pueblo que piensa y hace, que proyecta y realiza”, dijo la Concejala al fundamentar el proyecto en la sesión de este jueves.
 
El lugar fue elegido por tener las menores posibilidades de ser destruido por razones privadas y al ser un edificio declarado patrimonio cultural fue el ideal para invertir tiempo y dinero. Fue así que comenzó a desarrollarse el que hoy es el mayor mural de mosaicos que tiene Río Cuarto hasta el momento.
 
“Es en este marco que un grupo de mujeres de Río Cuarto juntó su voluntad con otras provenientes de Mendoza, Río Negro y Córdoba con el fin de poner todos sus conocimientos sobre la pared, revalorizar un espacio público y rescatar la historia. De esta forma nació Sakura, el nuevo mural que embellece la fachada de la Tintorería Japonesa”, agregó Pomiglio mientras remarcó que Sakura hoy representa a las mujeres emprendedoras, que buscan superarse y que tienen firme el compromiso, insoslayable por cierto, para que la preservación y la revalorización de los espacios públicos sean  de utilidad social. 

Fuente: Prensa Viviana Pomiglio