Daniel, el hombre que ayer se convirtió en rehén de dos delincuentes, brindó detalles escalofriantes sobre las seis horas en las que se extendió la toma hasta que fue liberado junto con su mujer y su hija de 9 años en Tortuguitas.

 "Lo psicológico fue lo más grave", aseguró en declaraciones a la prensa al recordar el dramático momento.

 Según contó la víctima, los captores "se portaron muy bien" con él y su familia y le pidieron reiteradas veces perdón a su hija "por el mal momento" que le hicieron pasar. "Le dijeron que ellos también eran padres y que se quedara tranquila porque no le iban a hacer nada", añadió.

 Los primeros cinco minutos, de acuerdo con su relato, fueron los más atemorizantes. "Ahí me patearon y ataron", describió. Incluso, mencionó, le dijeron que "estaban de paso y que se querían ir".
 
"Cuando se estaban por ir, al poco tiempo de llegar, se asomaron y vieron que había un patrullero. Ahí fue cuando decidieron quedarse [y pedir las garantías que necesitaban]", dijo.
 
"[Uno de ellos] me dio el cuchillo y me dijo que si lo tenía que matar por la espalda, lo hiciera, porque lo único que quería era entregarse con garantías", insistió Daniel al recordar la coherencia con la que se manejaron tanto afuera como dentro de la vivienda: "Lo mismo que dijeron afuera, lo dijeron adentro".
 
"La única bronca es no entender por qué tardaron tantas horas en darle las garantías, que era lo que ellos pedían desde el principio", subrayó.
 
Durante la extensa espera, además de conversar con ellos, los delincuentes tomaron whisky y hasta comieron una milanesa con arroz que había quedado del mediodía. De vez en cuando, se colaba alguna amenaza, aunque enseguida les aclaraban que no les iba a pasar nada mientras colaboraran con ellos.
 
Pasado el episodio, Daniel contó que fueron con su familia hasta el hospital de la zona. Allí se hicieron los controles de rutina y recibieron asistencia psicológica.

Fuente: lanacion.com.ar