Un organismo dependiente del Conicet con sede en Ushuaia, Tierra del Fuego, erradicará una plaga de conejos silvestres mediante la fumigación con gas fosfina. Se trata del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), cuya decisión originó una polémica con asociaciones protectoras de los animales que llevaron el tema a la justicia.
El Cadic emitió un comunicado en el que explicó que la proliferación de estos animales en inmediaciones de la institución produce un riesgo "ambiental y sanitario" para la zona. El ente sostuvo que ese tipo de conejos es una "especie exótica invasora, considerada una de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta". Incluso, generan un problema para el propio edificio del organismo, dado que las madrigueras de los conejos producen "hundimientos y derrumbes, poniendo en serio riesgo la infraestructura que apoye sobre ellas", detalló el informe.
El organismo precisó que utilizará una "una fumigación pasiva y extracción manual" a través de un procedimiento que "no implicará riesgo para la seguridad ni la salud de humanos ni de otras especies animales y posee un impacto nulo para el medioambiente". De acuerdo al organismo, este tipo de fauna "destruye la vegetación, eliminando el hábitat de especies nativas y dejando expuesto el suelo a la erosión del viento y las lluvias". Además, representa "un riesgo sanitario ante el contacto con animales domésticos o con las personas" y "para la seguridad de las aeronaves", ya que el lugar se encuentra próximo a un aeropuerto.
Sin embargo, tanto la Asociación de Funcionarios y Abogados para la Defensa de los Animales (Afada) como la Asociación Amigos del Reino Animal Fueguino (Araf) mostraron su desacuerdo con la medida y presentaron un recurso de amparo ante la justicia para evitar que se concrete. Según las asociaciones, la erradicación de los conejos "amenaza la fauna silvestre de la provincia, su diversidad biológica y valor cultural, y la integridad física y psíquica de los animales, vulnerando sus derechos a no ser víctima de sufrimientos innecesarios".
Desde el ente explicaron que los conejos muertos "quedarán debajo del edificio, sin que predadores ni carroñeros pueden acceder a ellos" Crédito: BBC Mundo
La causa está a cargo del juez Gustavo González, en el Juzgado Civil y Comercial 2 de Ushuaia. En la demanda se asegura que las pastillas de fosfuro de aluminio que se utilizarán para la fumigación, resultan "altamente tóxicas para cualquier ser vivo", y están clasificadas "en categoría IA (extremadamente tóxicas) por la Organización Mundial de la Salud". De acuerdo al amparo judicial, la utilización de ese método pone atenta no sólo contra la población de conejos, sino también "pone en riesgo la salud de los habitantes de la zona".
Por otro lado, el doctor en biología e investigador del Cadic Adrián Schiavini, sostuvo que el gas fosfina está compuesto por una molécula de fósforo y tres de hidrógeno, por lo que "el gas se degrada en pocos días en sus componentes básicos sin dejar residuos dañinos para el medio, ya que el fósforo y el hidrógeno son compuestos que ya existen en la naturaleza". El especialista agregó que los conejos muertos "quedarán debajo del edificio, sin que predadores ni carroñeros pueden acceder a ellos". "Por lo tanto es erróneo hablar de riesgos para otros animales, para seres humanos o para el medio ambiente", completó.
Agencia Télam