Según plantearon desde la sede local de Alcohólicos Anónimos, las épocas festivas son un desafío para aquellas personas que se encuentran en recuperación y lidiando contra la enfermedad.

“Esto de bebidas sin alcohol como cerveza o sidra, la misma silueta de la botella hace que a la persona ya se le dispare el deseo de beber”, afirman. Y añaden: “Es una enfermedad muy traicionera. A lo mejor se toma una sin alcohol y pasa a tomar una alcohólica. Por ende viene la recaída”.

De esta manera, aconsejan que las personas que están en tratamiento se acerquen a tener un encuentro previo antes de las fiestas para “fortalecer la parte anímica y emocional”. A su vez, sugieren consumir bebidas dulces como jugos y gaseosas o tomar mate hasta el horario de la cena. “Que la sed no sea una excusa para beber”, sostienen.

Además, consideran que “hay una línea muy finita entre el fuerte bebedor y el alcohólico”. Este último es quien “no puede parar” y “se toma el vaso de todos los que fueron quedando”. “Es muy importante tener siempre el estomago con liquido, consumir cosas dulces. Si no puede consumirlas por otra razón, que busque lo que más le guste tomar sin alcohol. Distraerse y no estar encerrado en la casa”, recomiendan.