Independiente cayó como local frente a Brown de Adrogué por 2-1, en un partido correspondiente a la fecha inicial de la Primera B Nacional. El Rojo tuvo una presentación para el olvido frente a un rival recién ascendido y el Libertadores de América fue un hervidero.

El equipo que dirige Miguel Brindisi arrancó con algunas dudas, seguramente producto del nerviosismo del debut y la presión como nunca antes por ir a buscar un triunfo. Por eso quizá le costó llegar e incluso tuvo algún que otro sobresalto en los primeros instantes.
A los 16 minutos, y de una mala salida del fondo de Independiente, llegó el gol de Brown (A). La pelota le quedó por la izquierda a Martín Fabro, ex jugador del Rojo, para armar una buena pared con Facundo Lemmo y definir con un zurdazo cruzado.

La desesperación se contagió de afuera hacia adentro y el panorama parecía desalentador. Los de Avellaneda no encontraban respuestas en el medio, a Daniel Montentegro le costaba entrar en juego y Cristian Menéndez y Sebastián Penco quedaban demasiado lejos.

Sin embargo, a los 27 minutos, Carlos Maglio sancionó penal para el dueño de casa por falta de Lemmo sobre Martín Zapata. El defensor había agarrado al mediocampista fuera del área, luego le cometió infracción con un toque bajo cuando estaba en el rectángulo y el Rolfi cambio la falta por gol.

Cuando parecía que nada más podía pasar en aquella etapa inicial, una discusión con forcejeo entre Zapata y Gustavo Ruiz Díaz terminó con la expulsión de ambos. Por esto, Brindisi tuvo que reacomodarse y para el complemento metió a Leonel Miranda y Federico Mancuello por Fabián Monserrat y Juan Trejo.

Los cambios no le dieron resultados a Independiente. Lejos de tomar el control del partido, el Rojo evidenció serios problemas defensivos y se lo vio muy mal parado en las contras que Brown (A) encabezó desde su propio campo.

Hubo varias alarmas que anticiparon lo que pasaría, entre ellas algunas situaciones en las que jugadores de la visita ganaron con comodidad en las alturas del área rival. Además, una extraordinaria atajada de Fabián Assmann ante un cabezazo de Matías Sproat.

Justamente, el mediocampista le dio el triunfo a la visita. Todo nació a los 16 minutos con una acción magistral de Fabro, quien acumuló futbolistas y le cedió la pelota a Joel Barbosa para que tirara un centro que bajó Miranda y que Sproat, después de un rebote, aseguró a la red.

El Rojo fue con más ganas que fútbol y murió en los reiterados centros sin mucho sentido. Ni siquiera pudo aprovechar los seis minutos que adicionó Maglio y el final del encuentro reunió insultos, silbidos y mucha impotencia.