Amsterdam tiene un problema que ya querrían para sí otras ciudades del mundo: tiene demasiadas bicicletas.
De hecho, tiene tantas, que las autoridades holandesas han tenido que buscar soluciones extremas para dar cabida a tantos vehículos de dos ruedas. Una de esas soluciones es un masivo parking subterráneo.
A falta de bicicletas plegables, el ayuntamiento de Amsterdam acaba de anunciar un ambicioso plan para construir un estacionamiento subterráneo cerca de la estación central, en el centro de la ciudad, uno de los lugares más atestados de bicicletas.
En cualquier otra ciudad del mundo, un parking subterráneo es solo cuestión de excavar y construir, pero gran parte de Amsterdam está construida sobre terreno robado al Mar del Norte y por debajo del nivel de este, lo que introduce variables geológicas que dificultan enormemente las obras.
La ciudad tiene previsto comenzar las obras de este estacionamiento "subacuático" entre 2017 y 2021. Cuando se termine, ofrecerá espacio para 17.000 bicis cuyos propietarios podrán acceder a ellas directamente desde el metro. Gracias a dos islas flotantes en los canales con espacio para 2.000 vehículos más, y a ampliaciones de los espacios actuales, el ayuntamiento confía en poder ofrecer 30.000 plazas de estacionamiento en esa zona para 2030.
Actualmente, el 57% de la población de la ciudad se desplaza en bicicleta a diario. Esto genera un auténtico problema de bicis mal aparcadas en las estrechas calles del centro de Amsterdam. Solo en 2013, la policía de la ciudad retiró 73.000 vehículos por esta causa, con un coste de entre 50 y 70 euros que no cubre la multa al propietario. De hecho, el mercado de bicicletas es tan activo en la ciudad que en muchos casos, cuando un habitante de la ciudad pierde su bici por dejarla mal estacionada, simplemente compra otra.