Los hinchas, sin distinción de sexo, edad y condición social, le dieron un tono blanquiceleste a la Plaza de la República, que se convirtió en el polo de convocatoria apenas terminados los 120 minutos de juego y la serie de penales.
El festejo se extendió por la avenida Corrientes hasta Callao y por la avenida 9 de Julio y la Diagonal Norte, en el día patrio, hasta Plaza de Mayo, un lugar emblemático de los festejos populares, en una caravana constante de automóviles que tocaban sus bocinas.
En tanto, los simpatizantes de a pie, mayoría con camisetas y gorros argentinos, agitaban banderas blanquicelestes y hacían sonar cornetas.
Pero el festejo no se circunscribió a las plazas principales y abarcaron otros puntos clave de la ciudad de Buenos Aires como avenida Pueyrredón y Santa Fe o Acoyte y Rivadavia.
Y así como el seleccionado nacional es la representación de todo el fútbol argentino, el sentimiento de la gente abarcó todo lo largo y lo ancho del país.
En Mendoza, miles de hinchas cubrieron el microcentro de la capital y distintos puntos del interior de la provincia, tal como sucedió en los Mundiales de 1978 y 1986, y en la victoria sobre Brasil en 1990.
La intersección de la avenida San Martín con Garibaldi y Paseo Sarmiento fue el punto principal de reunión de la gente que llegó de departamentos vecinos como Las Heras, Guaymallén y Godoy Cruz, mezclados con turistas de provincias como Buenos Aires, Salta, Córdoba y San Luis, que están de vacaciones.
En el departamento Maipú, 15 kilómetros al sureste de Mendoza capital, de donde es oriundo el volante Enzo Pérez, la gente salió a festejar a la plaza departamental, y también hubo festejos en las ciudades de General Alvear, San Rafael y Malargüe.
En La Plata la alegría de los hinchas se hizo notar fuerte en la céntrica Plaza Moreno y en las intersecciones de las calles 7 y 50, lugares típicos de las tradicionales celebraciones populares.
Miles de hinchas con camisetas y gorros celeste y blancos y portando banderas se convocaron a la plaza, ubicada en el centro geográfico de la ciudad, justo en frente del Palacio Municipal y de la Catedral de la capital bonaerense.
En Córdoba, las calles de la capital se tiñeron de celeste y blanco con epicentro en la intersección de avenida Vélez Sarfield y Boulevard San Juan, frente al shopping Patio Olmos. El festejo se prolongó a todo el interior provincial, especialmente en las ciudades de Villa María, Río Cuarto y San Francisco.
En Bahía Blanca, banderas, camisetas, rostros pintados, cornetas y bocinazos fueron el collage del festejo, que como es habitual tuvieron como punto de reunión el Teatro Municipal, en la intersección de Alem y Alsina, en el centro de la ciudad, y a la plaza Rivadavia, frente al Palacio Municipal.
En Resistencia, la siesta provinciana se adueñó de la tarde hasta cerca de las 17 y tras el penal convertido por Maxi Rodríguez se armó una fiesta en las principales calles de la capital chaqueña.
En San Fernando del Valle de Catamarca, la capital provincial, el frío (8 grados) no detuvo a miles de vecinos con camisetas argentinas y a los jóvenes con sus caras pintadas de azul y blanco que se concentraron en la Plaza 25 de Mayo, en pleno centro de la ciudad, frente a la Casa de Gobierno y a la Catedral.
En Tucumán, cuna de la Independencia, miles de personas salieron a festejar en caravanas de autos y motos, y el punto de encuentro fue la plaza Independencia, desbordada por la multitud. La algarabía se extendió a toda la provincia, donde los tucumanos festejaron con mucho cotillón, banderas y bombas de estruendo.
En San Luis, miles de hinchas festejaron en toda la provincia, eligiendo como epicentro la Plaza Pringles de la capital puntana, frente a la Iglesia Catedral.
Y en San Salvador de Jujuy los lugares preferidos fue la Plaza Belgrano, frente a Casa de Gobierno, celebración que se replicó en ciudades como La Quiaca, límite fronterizo, Libertador General San Martín, San Pedro, Palpalá, Perico y El Carmen.