En los próximos días,
el Gobierno Nacional anunciará una profunda "reforma" y "modernización de las Fuerza Armadas". Los lineamientos ya fueron consensuados entre el Presidente Mauricio Macri; el ministro de Defensa, Oscar Aguad; el jefe de Gabinete, Marcos Peña y los asesores especialistas en la materia. De la reforma ya están al tanto los jefes de las tres armas: Ejército, Marina y Aviación.
Las fuentes oficiales consultadas por Infobae aseguraron que
las nuevas tareas que se les asignarán a las Fuerzas Armadas, no violarán ninguna de las limitaciones que imponen las leyes de Defensa y Seguridad Interior tal como en algún momento había trascendido y generó encendidas críticas.
Sin ir más lejos, los funcionarios aseguraron que quedó marginada, por ejemplo, la idea que Prefectura Naval Argentina vuelva a depender del Comandante en Jefe de la Armada. Es decir que seguirá dependiendo del ministerio de Seguridad de la Nación, cumpliendo la importante misión de actuar como "policía de seguridad de la navegación" para la cual fue creada.
Entre los aspectos salientes de los anuncios figuraría el nuevo rol que desempeñará el Ejército en la lucha contra el narcotráfico; el combate contra el cibercrimen; y profundizar el control del mar para seguir combatiendo la depredación de nuestros recursos naturales, no solo por parte de pesqueros extranjeros en la denominada "milla 201" –tarea que también realiza Prefectura- sino por parte de barcos de bandera Argentina que pescan, por ejemplo, calamar, dentro de la Zona Económica Exclusiva de nuestro país, pero descargan en buques extranjeros ya en aguas internacionales.
"El Ejército apoyará el trabajo que Patricia (por Bullrich, ministra de Seguridad) está haciendo, sobre todo con Gendarmería en la Frontera Norte pero desde un aspecto logístico", le dijeron a Infobae altas fuentes de la Casa Rosada.
Una de las tareas estratégicas asignadas al Ejército –y que se afirma contaría con el beneplácito de los generales –, es el masivo
despliegue de esta fuerza en los límites fronterizos de las provincias de Misiones, Corrientes, Formosa, parte de Salta y Jujuy; con Brasil, Paraguay y Bolivia.
De hecho, el propio Aguad ya adelantó que
a partir del 1 de agosto, 500 efectivos de esa fuerza se apostaran en alguno de esos puntos como "una avanzada" en lo que sería el primer apoyo logístico a Gendarmería.
Después de los anuncios de la "reforma y modernización" de las Fuerza Armadas; que con el correr de las décadas vieron languidecer sus presupuestos, y quedar en la obsolescencia gran parte de sus armamentos –desde camiones a tanques, aviones y embarcaciones-, el número de uniformados podría superar los cuatro mil, si se suman los pilotos de la Fuerza Aérea, que estaría a cargo de los helicópteros y aviones Pampa, para apoyar en el terreno a Gendarmería y Prefectura en el avance en nuestro territorio del narcotráfico, pero también de la trata de personas y el contrabando.
Una de las ideas fuerza que se maneja desde la cartera de Defensa sería que efectivos del Ejército Argentino se establezcan en una centena de pueblos y localidades fronterizas pequeñas, y en general empobrecidas que son caldo de cultivo ideal para que las bandas narcos trasnacionales, e intenten operar desde esos lugares, como ya lo hicieron en villas y asentamientos del conurbano bonaerense, Rosario y Capital Federal.
La
atención en la Frontera Norte está centrada, además, porque informes de inteligencia, tanto nacionales como internacionales, revelan que tanto los carteles de la droga, las mafias de trata y el terrorismo -de importante presencia en la frontera que comparten Argentina, Brasil y Paraguay- utilizan las mismas "sociedades pantalla" para lavar dinero e introducirlo al circuito legal.
En el Gobierno están convencidos que la sola presencia de los militares en esta zona podría servir como "poder disuasivo" para desalentar, como mínimo, el asentamiento de estas organizaciones criminales.
Todas las fuentes gubernamentales consultadas por Infobae, aclararon, más de una vez, que el despliegue de militares no será para que estos mantengan un enfrentamiento armado contra los narcos u otro tipo de criminales, algo prohibido por el decreto 727/2006 que se reglamentó durante la presidencia de Néstor Kirchner y que limitó la actuación de la FF.AA solo a los casos de ataques externos de otro Estados; sino para vigilancia, persuasión utilizando las nuevas tecnologías con las cuales serán equipada –algunos aparatos ya fueron adquiridos- como drones, radares móviles, equipos de comunicación de alta tecnología, y sensores nocturnos.
La primera funcionaria en salir a defender la ampliación de facultades que se le otorgarían a las Fuerza Armadas, fue
la ministra Bullrich, quien participó de algunas de las reuniones claves: "Hay que dar la oportunidad a los militares de insertarse en la democracia", dijo ante los primeros trascendidos sobre los cambios en los paradigmas que se le otorgarán al Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.
La "reforma y modernización de las Fuerza Armadas", debería estar acompañada por equipamiento ya que el 90% de este tiene entre 30 y 50 años de antigüedad y su estado deja mucho que desear ya que el presupuesto no alcanza para mantenerlo porque gran parte se destina a salarios y la caja de retiro.
La idea que en privado llegó a esbozar el ministro de Defensa es que, como mínimo, las tres fuerzas que dependen del Ministerio sean reequipadas para, al menos, nivelarse con las Fuerzas Armadas de la región como Chile, Perú o Brasil, aunque este país es de las mejores pertrechadas.
El especialista Rosendo Fraga, un estudioso en el tema, realizó un profundo trabajo en el cual se destaca que: "La Argentina gasta en defensa 0,9% del PIB frente al 1,4% que tiene América del sur y el 2,7% que tiene el mundo. Pero de ese 0,9% del PIB, la mitad se paga en los retiros, gasto previsional. Y del otro 0,45%, el 80% son salarios. Entonces, lo que queda para reequipamiento y para funcionamiento es realmente muy poco".
Los anuncios que realizará la Casa Rosada traen implícito un reequipamiento para las fuerzas a partir de 2019, ya que parte de lo proyectado para este año se pospuso en el marco de las medidas de racionalización impuestas sobre la administración pública.
Fuera de la poda quedaron los cinco aviones Super Etendar, adquiridos a Francia, y parque del equipamiento bélico ya comprometido para brindar seguridad a la cumbre de presidentes del G-20, que se realizará en noviembre en Buenos Aires.
Fuente: Infobae