Roger Federer vivió durante la segunda mitad de 2016 una experiencia completamente atípica: estar fuera del circuito por seis meses. El suizo, que no juega desde su derrota en las semifinales de Wimbledon ante Milos Raonic, prepara un regreso especial luego de un tiempo en familia. “Probé el sabor del retiro”, dijo. Y cree que el momento de colgar definitivamente la raqueta puede esperar. De hecho, aspira a seguir siendo un animador del circuito.

El suizo está hoy en el puesto 16 del ranking mundial, el más bajo que tuvo desde 2001. Sin embargo, está lleno de expectativa. En una extensa entrevista publicada por el New York Times, el ex número 1 asegura que espera que su regreso “sea una buena historia para seguir”.

“Probé el sabor del retiro. De repente, pude estar organizado y decir: 'OK, vamos a estar semanas seguidas en un mismo lugar. ¿Con quién querés ir a cenar, Mirka?'”, contó acerca de la inusual vida del último tiempo, a raíz del receso que tomó para rehabilitarse de la rodilla. Sin embargo, aclaró: “Creo que fue realmente excitante y bueno para nosotros tener este tiempo. Se sintió bien, pero eso puede esperar, totalmente”. Y remarcó que nunca pensó en que fuera el final de su carrera. 

Federer, quien volverá a jugar en la Copa Hopman y luego disputará el Abierto de Australia, consideró que este parate tendrá “un lugar diferente” en su carrera. “Sentí como un primer regreso cuando jugué en Montecarlo en abril, ya que volvía luego de mi primer operación”, recordó acerca de la intervención de la rodilla derecha a la que se sometió en febrero. “Este regreso es obviamente más grande, son seis meses sin jugar”, remarcó.

Además, Federer vaticinó que el “Big Four” del tenis seguirá vigente: “Creo que lo que sucedió el año pasado crea muchas grandes historias para el año que viene. La de Andy, la de Novak. Rafa, obviamente, siempre va a ser una buena historia. Mi regreso espero que sea una buena historia para seguir. Creo que el principio del año, especialmente el verano australiano, va a ser épico”.