Esta tarde alumnos del 7 año del IPEA 239, de la localidad de General Levalle, comenzaron con los festejos de lo que sería su despedida del nivel secundario.

Los jóvenes consideraron que sería agradable deslizarse por un tobogán precario realizado para tal fin aprovechando los terrenos de los médanos.

El mismo consistía en una gran pendiente cubierta con silo bolsa, a la que para su mayor lubricación se recubrió con grasa de cerdo y al final esperaba un foso con barro.

Los chicos habían estado jugando con pintura al agua, la que por su gran contenido de cal terminó produciendo heridas, quemaduras y raspones en los participantes de tan alocado festejo.

El médico del hospital local, Andrés Olea,  señaló que fueron atendidos seis jóvenes, y se les suministraron distintos antiinflamatorios. “Llegaron con quemaduras de primer grado por presión y otras producidas por un agente químico, por suerte no fue más que una inflamación y un ardor”.
 
“La pintura al agua es cal, y si se seca en la misma piel sigue quemando, hay que limpiar con abundante agua”, afirmó.


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