Los terapistas ocupacionales, Luciana Cabrera y Guillermo Farut, explicaron que la disciplina que ellos trabajan consiste en tratar al hombre como un ser ocupacional y productivo que muchas veces ve interrumpida su actividad en forma permanente o transitoria, y necesita volver a desarrollar su capacidad de relacionarse productivamente con su actividad.
Desde esa disciplina, trabajan la Integración Sensorial usando el juego como medio terapéutico para que el paciente sea lo más funcional posible en las actividades de la vida diaria que son la alimentación, higiene y vestido, y así logre su independencia.
Desde el Centro de Rehabilitación Médico Privado, trabajan la Integración Sensorial en niños con autismo, con riesgo ambiental, con problemas de aprendizaje, con parálisis cerebral, de alto riesgo, etc.
Las sesiones se realizan en un ambiente enriquecido sensorialmente. Tratan de reproducir la vida diaria en una sesión que le permite al niño explorar, jugar y relacionarse con la información sensorial como luces, música, textura, etc.
Cada sesión dura 45 minutos y la cantidad de sesiones varía según cada paciente. El objetivo es que el niño se conecte con su medio desde una visión funcional, que sea independiente y pueda realizar actividades de forma normal.