Está comprobado que el tiempo de sueño, como la hora en que cada persona se despierta, depende mucho de los relojes biológicos individuales. Cada persona tiene un ritmo circadiano interno que actúa como el principal impulsor de horarios de descanso, que se ve afectado diariamente por señales ambientales, como la luz del sol.

Sin embargo, científicos estadounidenses de la Universidad de Michigan, EEUU, sostienen que las presiones culturales y las responsabilidades diarias pueden llegar a "anular" este reloj biológico humano y alterar el momento que cada persona elige para irse a dormir. Según un estudio publicado recientemente en la revista Science Advances, esto incluso puede ocurrir a nivel geográfico.

Los nuevos hallazgos muestran que "el momento de despertarse está bajo el control del reloj biológico pero la hora de acostarse a dormir está bajo el control de la sociedad", según explicó Olivia Walch, graduada de la Universidad de Michigan y coautora de la investigación.

En el estudio los investigadores analizaron los datos de sueño de más de 8 mil personas en 100 países a través de Entrain, una aplicación para smartphones diseñada para ayudar a los viajeros a adaptarse a nuevas zonas horarias. Para utilizar esta aplicación, el usuario introduce su horario de sueño normal, así como los momentos en los que está expuesto normalmente a la luz. Con esta información, la app sugiere ciertos horarios tanto de exposición lumínica como a la oscuridad personalizados, para que pueda adaptarse a una nueva zona horaria. En otras palabras, la aplicación sugiere el momento adecuado para estar expuesto a una luz brillante y el momento para estar en la oscuridad.

Cuando los investigadores analizaron la cantidad promedio del tiempo que la gente dormía en cada país, descubrieron por ejemplo que las personas en Singapur y Japón obtuvieron la menor cantidad de sueño: aproximadamente 7 horas y 24 minutos por noche. Mientras que las personas en los Países Bajos consiguieron dormir en promedio más que otros países, con 8 horas y 12 minutos.

Estos datos indican que los países que están geográfica y culturalmente próximos el uno del otro, como Japón y Singapur, tienden a tener patrones de sueño similares. A pesar de que la diferencia en la duración promedio de sueño entre estos países no parece enorme, cada media hora de sueño tiene en realidad un gran impacto en la función cognitiva y la salud a largo plazo de las personas, según los científicos.

Por otro lado, los investigadores observaron cómo las horas de sueño varían entre las personas de diferentes edades y sexos y descubrieron que los hombres de mediana edad son los que menos duermen porque nunca alcanzan la cantidad recomendada de 7 a 8 horas por noche. Cuando compararon las horas de sueño masculina frente a las femeninas, descubrieron que, en promedio, las mujeres dormían 30 minutos más por noche. No sólo eso sino que, además, de acuerdo con el estudio, ellas se acuestan más temprano y se despiertan más tarde que los hombres.

Por otra parte, los investigadores confirmaron la creencia popular de que los horarios de sueño de las personas son cada vez más similares a los de sus contemporáneos a medida que envejecen: hay más similitudes entre el tiempo de descanso de los mayores de 55 años en comparación con los menores de 30.

Los especialistas buscan, con estos datos, generar conciencia sobre la importancia del tiempo de descanso. "Los nuevos hallazgos son un recordatorio de que el sueño es más importante de lo que muchos creen", según señalaron los investigadores en un comunicado. "Incluso si alguien duerme 6 horas de sueño por noche -una cantidad inferior a la cantidad recomendada de 7 a 8 horas- esa persona está construyendo una gran deuda de sueño", dijo Olivia Walch en un comunicado. "No dormir el tiempo adecuado es un problema que puede conducir a una grave fatiga física y mental", finalizó.


(Infobae)