En un discurso que pronunció sin leer, que pareció escrito por el papa Francisco , el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti , advirtió hoy sobre el peligro de "la licuación de la autoridad judicial" a través de las presiones. "Si el juez es atacado, presionado, en alguna medida es deteriorado en su imagen, es un juez líquido", dijo, al hablar en la Cumbre de Jueces sobre el Crimen Organizado y el Narcotráfico, en la Casina Pío IV del Vaticano, sede de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

"Muchos se preguntan por qué hay presión o una licuación de la autoridad judicial. Porque las luchas contra la trata de personas, contra la nuevas formas de esclavitud del siglo XXI, es algo que hacen los jueces, o deberíamos hacer. Y si lo hacemos, tenemos presiones", denunció.

Si bien el título de la ponencia era "El rol de la Corte Suprema de Argentina en materia de narcotráfico", Lorenzetti habló poco de eso. Sino que, inspirado en las palabras pronunciadas ayer por el Papa, a quien elogió, directamente habló de la necesidad de tener una visión integral, para "transformar nuestra cultura, dentro de la cual está nuestro sistema jurídico".

Lorenzetti -que ayer fue recibido en audiencia privada por el Papa-, subrayó la importancia de tres aspectos: el de los valores, el de los conceptos y el de la necesidad de cooperar. Al hablar sobre los delitos de trata de personas, destacó que en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia de la Argentina existe una oficina que trabaja ese tema, un registro de feminicidios, otro sobre sentencias y una comisión nacional para lucha contra narcotráfico.

Hablando sobre el tema de los conceptos, citó al sociólogo Zygmunt Bauman y su idea de "sociedad líquida". "Lo que se vuelve líquido, pierde sustancia. En la globalización actual, tanto el término «ciudadano», como el del «juez», corren riesgo de licuarse, de perder credibilidad. Quiere decir que nuestro pueblo no cree en su significado y esto nos debe llamar la atención", advirtió. Luego de advertir del peligro de la licuación de la autoridad judicial debido a las presiones, Lorenzetti habló del concepto de ciudadanos.

"Muchos países dicen que reconocen los derechos fundamentales, pero no los reconocen a los que no son ciudadanos, a los migrantes, a los trabajadores ilegales, que no tienen ningún derecho", criticó. "Hemos vuelto mil años atrás, a la división de los ciudadanos, como derecho romano, y los que no son, que son cosas, sin derechos. Esto pasa en la era de la globalización", denunció.

"Hay que cambiar cultura de los conceptos líquidos, vacíos. Los derechos fundamentales son de la persona y no solo de los que son ciudadanos", dijo.

Al hablar del tercer y último aspecto, la necesidad de cooperar, Lorenzetti evocó a Francisco. "El Papa habló de cooperar creando lugares de encuentro, y éste es un lugar de encuentro", dijo, refiriéndose a la Cumbre de Jueces organizada por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. "En la Argentina hay una comisión nacional de narcotráfico y en una reunión se definió el área del conurbano: ahí está la Iglesia, porque el párroco tiene siempre la información de lo que pasa, la gente va y le cuenta al cura", resaltó.

Al llamar a crear lugares de encuentro de jueces, políticos, iglesias, organizaciones sociales, "todos en el mismo sentido", Lorenzetti también expresó la urgencia de tener un modelo de pensamiento distinto. "No se trata de repetir lo que venimos haciendo, se trata de cambiar nuestro modo de pensar, que tiene que ser integral. La idea de ecología integral de Francisco es extraordinariamente productiva. No podemos solucionar parte del problema si no entendemos todas las partes", señaló.

Luego de subrayar que para entender lo que está pasando "hay que tener una visión integral", el presidente de la Corte Suprema aseguró que "ayer se nos ha dado una lección a todos los jueces de acerca cómo debemos pensar", aludiendo, una vez más, al discurso de Francisco. "Exhorto a todos a que trabajemos en esta línea. Sólo así tendremos la credibilidad que nuestros pueblos reclaman. Es una oportunidad histórica", concluyó, entre aplausos.