nco partidos sin anotar goles, ni tan siquiera una asistencia. Barcelona sufre como nadie este momento de sequía que atraviesa Lionel Messi, más allá del tanto de penal que anotó para la selección argentina contra Bolivia por las eliminatorias sudamericanas. Lo concreto es que el mejor futbolista del mundo atraviesa un bajón inesperado.

El gol número 500 de su carrera se hace esperar. Y Barcelona no puede sobreponerse a esa ausencia de su símbolo. El 16 de marzo anotó el tercero del club catalán en el 3-1 sobre el Arsenal inglés por la Champions League. Desde entonces, Barcelona empató 2-2 con Villarreal, perdió con Real Madrid (1-2) y Real Sociedad (0-1) por la Liga española, y en el principal torneo europeo, venció por 2-1 a Atlético de Madrid y cayó por 2-0, lo que decretó el fin del principal objetivo de esta temporada para el plantel dirigido por Luis Enrique.

En este último partido, en el Vicente Calderón, Messi distó mucho de ser el jugador importante que acostumbra a lucirse en las grandes citas de Barcelona. En la primera mitad ayudó con un buen despliegue físico para hacer coberturas y recuperar balones, mientras que en la segunda careció de la chispa que lo caracteriza; estacionado en el sector derecho, no encontró espacios para desequilibrar ni mostró signos de rebeldía ante la adversidad. Ni siquiera le salió el tiro libre del final, un remate (que debió ser sancionado como penal de Gabi, porque era dentro del área) que se fue a centímetros del poste izquierdo de Oblak.

El contraste se siente aún más cuando del otro lado se ubica a su rival máximo de Real Madrid, Cristiano Ronaldo, que con sus tres goles del martes en el Santiago Bernabéu frente a Wolfsburgo impulsó al club merengue entre los cuatro mejores de Europa, un lugar donde no estará Barcelona.

Por otro lado, el bajón coincidió también con la denuncia mediática de que posee una sociedad offshore en Panamá. Eso trajo obvias repercusiones; si hubo una influencia directa es algo que únicamente está en la cabeza de Messi, pero los números muestran que por primera vez en su trayectoria hilvana una serie tan negativa. Desde 2010 que no acumulaba cinco partidos sin marcar goles, con la diferencia de que en esta ocasión jugó los 90 minutos en cada uno de esos cinco cotejos.