Ni la historia, ni la mística ganadora ni el poderío colectivo. En Real Madrid ya no son tiempos de galácticos, por más figuras mundiales que engalanen su plantel. Todo, absolutamente todo pasa por Cristiano Ronaldo, la estrella que más brilla en el firmamento merengue, un fenómeno que no para de hacer goles. Por él, el sueño de la undécima sigue en pie después de superar un temprano y duro escollo en cuartos de final.

CR7 fue el artífice de lo que, en la previa, tenía impronta de hazaña. Con sus tres goles, destruyó la ilusión de Wolfsburgo, que llegaba al Santiago Bernabéu confiado en la ventaja 2-0 de la ida en Alemania pero se fue noqueado por el poder de fuego del atacante portugués.

Cristiano tuvo dos minutos de furia en el primer tiempo para empatar la serie antes de los 20 minutos de juego y llevar alivio al Bernabéu. Y en el complemento, cuando parecía que el impulso del portugués y de Real Madrid se frenaba y mandaba todo al alargue, cantó su tercer gol personal con un tiro libre para llevar al Merengue a la semifinal de la Champions League con el 3-0.

El City hace historia: por primera vez está en semifinales
Manchester City vive su mejor temporada europea de la historia. Ya había hecho historia al acceder por primera vez en su historia los cuartos de final de la Champions League. Ahora deja la vara más alta al alcanzar las semifinales tras derrotar al PSG con un empate 2 a 2 en París y una victoria por 1 a 0 en Inglaterra con gol del belga Kevin De Bruyne.

En los ganadores Nicolás Otamendi completó todo el partido y fue uno de los miembros de una defensa que neutralizó uno de los ataques más poderosos del viejo continente. En cambio Sergio Agüero guapeó, aguantó y resistió pero su actuación se vio manchada por un penal que tiró afuera en el primer tiempo. En los visitantes Ángel Di María y Javier Pastore, que ingresó en el complemto, tuvieron una actuación desilusionante.