En estos últimos días, Madonna no pega una, por lo menos, para quienes prefieren quedarse en juzgar sus actitudes y no en su música. La cantante recibió críticas de que se habría presentado ebria en dos recitales que dio en Melbourne, el 10 y el 12 de marzo. Además, le bajó el top a una fan luego de invitarla a subir al escenario, una situación que le generó varios cuestionamientos sobre todo porque se da en el medio de la disputa que tiene con su ex marido, Guy Ritchie, por la custodia de Rocco , su hijo de 15 años.
 
"Ups, fue acoso sexual, vos me podés hacer lo mismo", dijo tras bajarle el top a una adolescente de 17 años frente al público.
 
"¿Por qué iba a demandar a Madonna por hacerme vivir uno de los mejores momentos de mi vida? Fue la mejor noche del mundo. No paró de decir que parecía una modelo de Victoria's Secret, lo cual resultó muy halagador. Solo yo puedo decidir si me han humillado o no. ¿Por qué asume la gente que me tengo que sentir humillada por enseñar mi cuerpo, mi pecho o mis pezones? No me había dado cuenta de que mis tetas eran algo tan chocante. Para mí no ha sido ningún drama", aseguró la joven al periódico Courier Mail tras la polémica generada.
 
¿Ebria, yo? Respecto a su comportamiento errático en los recitales que dio en Melbourne, Madonna dijo que era parte de su performance para la canción "Lágrimas de payaso". Y a través de Instagram, dio su descargo: "Es muy triste que la gente no conozca el arte de interpretar un papel. No podría hacer ninguna de mis actuaciones colocada o borracha (...) Esto demuestra sexismo y misoginia; no sólo no cobramos igual que los hombres sino que todavía se nos trata como herejes si nos comportamos mal o si nos salimos de lo establecido", añadió.
 
En la actuación de "Lágrimas de un Payaso", Madonna mostró una gran foto de Rocco cuando era pequeño y les dijo a sus fans: "Probablemente habría disfrutado más de esta gira ('Corazón Rebelde') si él no hubiera desaparecido tan de repente".
 
Recordemos que Rocco vive con su padre desde diciembre, después de que se negó a volver a casa de su madre en Nueva York.

La Nación