En Coronel Brandsen, Marcelo Mallo y su hija son indagados por el fiscal Mariano Sibuet, quien investiga el tiroteo en el que dos efectivos de la Bonaerense resultaron heridos en Ranchos a manos de los prófugos.

El barrabrava vinculado al kirchnerismo ingresó a la sede judicial a las 11.35, escoltado por un numeroso grupo de efectivos policiales que lo metieron a los empujones en el recinto donde lo esperaba el funcionario encargado de someterlo a una rueda de preguntas.

Un tío de Mallo enfrentó a los medios de comunicación en las puertas de la fiscalía: visiblemente enojado, el familiar del hombre detenido aseguró que la posesión de las armas que le encontraron en el allanamiento están justificadas, por lo que adelantó que hoy mismo "los van a dejar libres" tanto a él como a la hija.


Además desmintió que su sobrino visitara habitualmente a los hermanos Lanatta y Schillaci, algo que denunciaron varias personas y que ponía a Mallo bajo la lupa de los investigadores que tratan de encontrar a los tres hombres que hace ocho días escaparon del penal de General Alvear.

Este domingo, en el domicilio de Mallo secuestraron un arma 9 mm y municiones. Luego, en otro allanamiento en la casa de la hija, encontraron un revólver .357 y otro 38, municiones y una picana.

El detenido había sido mencionado durante la investigación por el triple crimen de General Rodríguez dados sus vínculos con los hermanos Lanatta. Sobre él pesa ahora la sospecha de formar parte de la logística externa que permite a los prófugos esquivar a la Policía.

Más datos:

A Mallo se lo recuerda como el dirigente que organizó la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, un emprendimiento avalado por el kirchnerismo que financió a los barrabravas que viajaron a alentar a la Selección en el Mundial de Sudáfrica 2010. Luego del Mundial, el dirigente quedó aislado del núcleo de Hinchadas Unidas y más tarde fue desvinculado por los capos de la barra de la mesa chica, quienes consideraron que había vendido información a organismos de seguridad.

La primera persona detenida en el marco de la causa de la fuga de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez fue Marcelo Melnyk, en los papeles el dueño de la pizzería "Faraón" en la localidad bonaerense de Quilmes, que en la semana pasada quedó demorado por ofrecer ayuda a los prófugos.