Designado por el propio Papa Francisco, Adolfo Uriona es desde hace más de un año el Obispo de Río Cuarto y en la Conferencia Episcopal Argentina preside la Comisión de Ayuda a las Regiones más necesitadas.

En esta oportunidad, entabló un diálogo en LV16 con la periodista Mabel Sánchez acerca de diversos temas, como sus inicios en la práctica religiosa, el Papa, el narcotráfico y el verdadero sentido de la Navidad.

Ante la pregunta sobre sus comienzos, Adolfo Uriona relató que nadie le impuso esta práctica desde su familia, ya que la actividad religiosa de ellos era “muy mínima”.“Yo vivía en frente de una parroquia de la obra Don Orione y empecé con un grupo de chicos de allí, viví unos años bellísimos de mi infancia y adolescencia en la actividad parroquial ya sea haciendo juegos, reuniones, compromisos, deportes, de ahí surgió la vocación sacerdotal”.

Tiempos difíciles sobrellevó Uriona en su época de adolescente, sobre todo cuando comenzó sus estudios de filosofía en La Plata, en pleno tiempo de dictadura, allá por 1973, año donde también ingresó a su primer congregación.

Sánchez le preguntó si luego de ser nombrado Obispo de Río Cuarto pudo conocer todo el mapa humano de la comunidad de la diócesis, a lo que afirmó: “Pude conocer bastante, pero todavía me falta mucho. Quiero llegar a situaciones más personales, porque es muy grande, con muchos pueblos, con realidades distintas. Para mí es un modo de acercarme más a la gente y compartir”.

En los últimos días, el Papa Francisco habló acerca del consumismo y de la falta del sentido real de las fiestas, la paz y “una tercera guerra mundial”. El Obispo comentó que "es un momento complicado", porque "hay como una tercera guerra mundial en pedazos”, agregando el tema ecológico del cual “no se toma consciencia”. “Para el cristiano el saber que Dios es el que gobierna la historia, nos tiene que dar una fuerza interior para comprometernos con la misma”, sentenció.

Frente a la incesante lucha contra el narcotráfico, para Uriona “a veces hay un no querer ver la realidad de parte de los responsables”, pero “nuestra misión es despertar las consciencias porque sino nuestros jóvenes y familias se verán destruidas”.  

Por último, el Obispo dejó un mensaje: “Esta Navidad será muy particular porque estamos en el año de la misericordia. Lo que los cristianos festejamos en la Navidad es ese amor misericordioso de Dios manifestado en la ternura de un niño que nace en una noche de invierno, ahí está nuestra salvación”. 


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