Unos tres millones de italianos llegaron a la nación austral, asentándose esencialmente en las regiones centrales del territorio argentino. Argentina posee la segunda mayor comunidad de italianos fuera de Italia en el mundo.
Desde 1814 hasta 1970 llegaron contingentes de inmigrantes de todas las regiones de Italia. Sin embargo, en el siglo XIX la mayoría de los italianos procedían de regiones del norte de Italia esencialmente de la Liguria, el Piamonte, la Lombardía y el Véneto. Mientras que en el siglo XX, el flujo migratorio alcanzó su pico máximo, dichos inmigrantes provenían primordialmente del sur y centro italiano, principalmente de Calabria, Sicilia, la Campania, Apulia, los Abruzos y Molise.
Sobre esto y más el escritor Roberto Lucero Moriconi escribió el libro “La Inmigración Italiana en el Sur de Córdoba” que comprendió el período 1870-1920 sobre la base de documentos en archivos que aportan una importante visión sobre el aporte de la colectividad al desarrollo de la región.
El mismo fue presentado el día jueves en la Sociedad Italiana de nuestra ciudad.
Para el escritor, son muy diversas las características de los inmigrantes que llegaron en general en la Argentina. “No hay un patrón particular, llegaban desde Ingenieros a farmacéuticos”, particularizó.
Asimismo, los inmigrantes se juntaban en cada pueblo del Sur de Córdoba y de allí se organizó en tanto, la Sociedad Italiana.
El rol que cumplían estas sociedades “eran para fomentar valores que el Estado tenía ausente”.
Sobre la inmigración italiana….
La mayoría de los inmigrantes italianos se establecieron en la provincia y especialmente en la ciudad de Buenos Aires, además en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, La Pampa, Tucumán, Santiago del Estero y Corrientes. Otros sucesivamente llegaron a los países vecinos Uruguay y Brasil.
Los inmigrantes eran principalmente de sexo masculino, de entre 14 y 50 años de edad, y más del 50% de ellos sabían leer y escribir. En términos de ocupaciones, el 78,7% de la población activa eran trabajadores agrícolas o trabajadores no cualificados, 10,7% artesanos, mientras que sólo el 3,7% trabajaba en el comercio o como profesionales.
El gobierno de Italia promovía que sus ciudadanos participacen en los programas migratorios argentinos. El estado realizaba y entregaba publicaciones a los emigrantes para estimular el viaje e informarlos sobre el país de su llegada. Por ejemplo, "El Manual del Inmigrante Italiano", publicado en 1913, tenía consejos y advertencias sobre la Argentina. Bajo el subtítulo "Un consejo y una doble exigencia", se recomendaba a los inmigrantes.
Informe16/LV16.com