Para los más de 46.000 habitantes de esta ciudad, distante 110 kilómetros al sur de la capital provincial, aquella serie de explosiones marcaron un antes y un después para el resto de sus vidas y de la propia fisonomía del lugar, que quedó devastado. Así lo demuestran las primeras imágenes de aquella trágica jornada, similares a las de una ciudad en guerra.

Este no será un aniversario más, no solamente por los 20 años, sino que será la primera conmemoración anual tras conocerse la sentencia del fallo judicial que condenó a 13 años de prisión a los militares Edberto González de la Vega, Carlos Franke y Jorge Antonio Cornejo Torino; y a 10 años a Marcelo Diego Gatto. En todos los casos las penas fueron por el delito de 'estrago doloso agravado por muerte de personas'. 

Gabriel Martella fue testigo de esta tragedia que cayó sobre la localidad de Río III, desde un teléfono relató todo lo que veía, el espanto y el horror que se atravesaron por su camino de cronista de nuestra Radio Río Cuarto. 

Lo siguiente es el texto que se publicó en una recopilación de historias de la Radio, al cumplir 60 años.

"Corría el 3 de noviembre de 1995, Gabriel Martella había pedido franco aquel día porque debía viajar a su pueblo “Coronel Moldes” por un cumpleaños familiar. Estaba a punto de tomar el camino que lo llevaría a sus pagos cuando escuchó por Radio Río Cuarto a Alberto Rodríguez Etulaín que hablaba con gente de la zona de Berrotarán que habían escuchado una gran explosión.
 
Rodríguez Etulaín estaba quebrado y Nicolás Florio no se encontraba en Río Cuarto, inmediatamente Gabriel olvidó su compromiso familiar y se puso al servicio de la radio, “salí con el móvil raudamente y me metí detrás de una ambulancia de la zona sanitaria y de los bomberos lo que me permitió entrar a todos lados y fue la única forma de llegar al mismo lugar de los hechos en el barrio Las Violetas donde estaba todo destruido”.
 
Las imágenes con las que se encontró superaban su imaginación, el móvil de Radio Río Cuarto se llenó de esquirlas de la explosión, una fotografía de la Revista Gente lo demostró en su edición.
 
Gabriel Martella comenzó a relatar a Marcelo Arbillaga lo que veía en vivo y directo desde el lugar de la destrucción, eran los primeros tiempos en que se usaba teléfono celular y el hecho implicaba un momento histórico.
 
En un momento del relato Gabriel se encontró con un sacerdote, quien comenzó a hablar con mucha fe de la trágica situación hasta que otra explosión sonó de fondo y ruidos, golpes, gritos y la angustia de no saber qué había sucedido con Gabriel y su compañero generaron estupor en todos los oyentes y en el piso de Radio Río Cuarto.
 
Dicen que el silencio en radio no comunica, pero aquel día la espera por recuperar la comunicación con Gabriel Martella generó muchas preguntas y nos hizo pensar en el valor de la vida y la devastadora muerte…
 
Gabriel Martella perdió el celular en el momento de la explosión y hasta que lo encontró arrastrándose por el suelo del lugar pasaron segundos expectantes para miles de oyentes que seguían paso a paso el transcurso del rompimiento del silencio en post de saber qué había sucedido.
 
El cronista sobrevivió sin heridas al devastador hecho y cuando alcanzó el celular pudo dar muestras de la gratitud de estar vivo al aire de Lv16.
 
Los recuerdos de aquel día siniestro fueron parte de los hechos tristemente relatados a través de Radio Río Cuarto, cuando la tragedia miró cara a cara a toda una comunidad y Gabriel Martella estuvo allí, poniéndole palabra al horror".