El Programa Municipal de Alfabetización de Río Cuarto trabaja con personas que no saben leer ni escribir. Se contactan con ellos y les proponen aprender. Cuentan con 40 centros y actualmente participan 120 personas. Es totalmente gratuito.
Entrevista a Sonia Barrera y Jesica Pérez (Segunda Parte)
Entrevista a Sonia Barrera y Jesica Pérez (Primera Parte)
Relato Martella
“Voy en auto rumbo a Moldes. Me acompaña Andrea, quien cuida a mis padres los fines de semana”. Parece un viaje más para Gabriel Martella, pero no lo es. Él habla, Andrea escucha sus penas, no opina, casi no emite palabra. Sólo mira y escucha.
“Hago una pausa y pregunto por su vida”, dice Martella. Andrea comienza a relatar su vida. Es la mayor de 9 hermanos. Con 14 años ya era mamá. Cuando tenía 17 sus padres murieron. Crío a sus hermanos pese a todas las necesidades económicas y afectivas. Cuando una Asistente Social quiso que sus hermanos fueran a un hogar sustituto, “les pegue una patada en el c…”, sentencia.
Andrea no sabe leer ni escribir. Es uno de los tantos casos en la ciudad de Río Cuarto donde personas de diferentes edades nunca tuvieron la posibilidad de aprender algo tan indispensable como saber comunicarse.
Pero siempre habrá una salida, un camino alternativo. Personas dispuestas a devolverle a los demás todo aquello que la vida les dio. De eso se trata el Programa Municipal de Alfabetización. Sonia Barrera es una de las coordinadoras de este plan que trabaja con 40 centros diseminados en distintos puntos de la ciudad. Ellos tienen una función muy simple: enseñarles a leer y escribir a quienes no tuvieron la oportunidad.
El trabajo que hacen es muy dedicado. A principio de año realizan un relevamiento y van casa por casa. Le comentan a la gente de qué se trata, les preguntan si conocen a alguien que esté en situación de alfabetización. A partir de esos datos obtenidos, intentan contactar a quienes lo necesitan, como el caso de Andrea. Ella quería aprender, pero no sabía cómo hacerlo ni a dónde ir.
“Falta animarse, falta decidirse. Este es un derecho que ha estado negado por muchos años a las personas que están en estas condiciones y ahora pueden tener la oportunidad”, dice Sonia. Hay personas de todas las edades participando. Jóvenes de entre 17 y 23 años, adultos, hasta hay un hombre de 87 años. Cada uno lleva su aprendizaje al ritmo que puede.
Los centros generalmente suelen ser cercanos a las casas de los involucrados, para que no tengan que hacer un gran traslado para poder asistir a las clases. Hay flexibilidad en los horarios y obviamente, es un programa gratuito. “Si la persona no puede acercarse vamos a la casa”, comenta Sonia.
Actualmente cuentan con 10 alfabetizadores que trabajan con 120 personas. Primero hay una etapa de aprendizaje, luego una etapa de consolidación. Algunos se animan a seguir y terminar la escuela primaria. “La primera reunión es con mucha vergüenza de por medio, muy tímida, con alguna mentira. Al principio te dicen que fueron al colegio y dejaron. Ya en la cuarta o quinta reunión te dicen que nunca los mandaron”, afirma Jesica Pérez, docente del Programa.
Así, como el caso de Andrea, que se ocupó de que todos sus hermanos fueran al colegio. “Cuando se casaron todos, termino mi misión”, cuenta. Y Martella finaliza su aventura: “Valió la pena, fue una elección de vida. Regrese a Río Cuarto y me contacte con el Programa de Alfabetización. Hoy Andrea está aprendiendo a leer y escribir”.
Teléfonos para comunicarse con el Programa:
4671137 – 4671322
También están en el Palacio Municipal, en la Sub Secretaría de Educación (1er piso).