El geólogo Germán Tissera señaló que los desarrollos urbanos de los últimos 20 años sufren las consecuencias del corrimiento hacia las zonas inundables por el crecimiento de precipitaciones.
En las conclusiones de un informe presentado por la Universidad Nacional de Villa María, financiado por la Secretaría de Ambiente de la Nación, el geólogo Germán Tissera advirtió que los desarrollos urbanos de los últimos 20 años sufren las consecuencias del corrimiento hacia zonas inundables ante el crecimiento de las precipitaciones.
Tissera indicó que la prioridad, en este momento, es proteger a la gente “porque ya está instalada en zonas complicadas a nivel hidrológico”. Señaló que la concentración de las precipitaciones en los últimos dos años se trasladó hacia febrero y marzo. Según el geólogo no puede asegurarse que sea algo pasajero.
Respecto de Ctalamochita (o Tercero) en los últimos dos veranos el caudal de agua excedió la capacidad de contención de los diques y el agua invadió algunos barrios de Bell Ville, Villa Nueva y Villa María, entre otras.
Entre las medidas que el estudio sugiere. Una es la de interconectar estaciones meteorológicas en toda la cuenca para crear un sistema de alerta para elementos que aún no se pudieron medir con certeza. Se propone que cada localidad tenga un plan de gestión del riesgo, con pautas para antes, durante y después de la ocurrencia de las crecidas.
La investigación aconseja que una gestión integrada debería redefinir las líneas de la ribera para evitar futuras urbanizaciones cercanas al cauce, evaluar el impacto del dragado del río y de la extracción de áridos, además de usar más vegetación para frenar la erosión.