Quince ganadores del premio Nobel se reunieron en Jerusalén en un evento en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Lo más conmovedor frente a quince Premios Nobel sentados alrededor de una pequeña mesa ovalada en la Universidad Hebrea de Jerusalén, además de su extrema sencillez, es que los entusiasma las mismas preguntas y cuestiones de cualquier mortal. Se ríen, tienen hambre, bostezan y hacen chistes. Esto no sólo los acerca y humaniza, sino que también dispara la fantasía de que al fin de cuentas cualquiera de nosotros puede ser uno de ellos. Pero no, ellos son únicos.
Estos cerebros notables cambiaron la vida de todos nosotros en los últimos veinte años. El máximo galardón de origen sueco en diversas disciplinas científicas como Química, Física, Matemática, Medicina y Economía, entre otras, este grupo lo recibió entre 1996 y 2010.
Algunos descubrieron las propiedades catalíticas del ácido ribonucleico; el origen celular de oncógenos retrovirales; la cristalización geométrica del carbono; la crío-bio cristalografía; la degradación y reciclado de las proteínas o el enfriamiento y atrapado de átomos con luz láser. Todos y cada uno de los descubrimientos e investigaciones transformaron a la sociedad en su conjunto.
Durante cuatro días - entre el 15 y el 20 de agosto- estos notables son los protagonistas de laConferencia Mundial sobre Ciencia en Jerusalén, abierta al público, junto a más de 400 jóvenes científicos de más de setenta países. Además participarán de una serie de charlas y debates sobre la relevancia de la ciencia en la sociedad actual.
Argentina estará representada por una comisión de siete alumnos sobresalientes de la Universidad Austral y la Universidad de Buenos Aires (UBA).