Por disentir con las políticas del régimen, el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, hizo fusilar ayer a su viceprimer ministro, uno más entre decenas de funcionarios ejecutados en lo que va del año y entre los 70 muertos desde 2011, según la agencia surcoreana Yonhap News.

Choe Yong-on, que ocupaba el cargo desde 2014, habría sido ejecutado por un pelotón de fusilamiento en mayo, luego de oponerse a las políticas forestales promovidas por Kim, de acuerdo con Yonhap. El país sufre una de las peores sequías de los últimos tiempos, y el régimen puso su atención en el estado de bosques y campos de siembra.

Antes de asumir como viceprimer ministro, Choe, de 63 años, fue delegado para la cooperación entre Norte y Sur. Lideró la delegación de Pyongyang en comités conjuntos de cooperación económica con Seúl entre 2003 y 2005.

El ministerio surcoreano de Unificación, encargado de los lazos entre Seúl y Pyongyang, dijo ayer que "sigue de cerca la posibilidad de cualquier cambio en las circunstancias de Choe".

El gobierno de Corea del Norte, por su parte, no confirmó ni negó la ejecución del funcionario.

En abril, también según Yonhap, Kim ejecutó a su ministro de Defensa, Hyon Yong-chol, por insubordinación y por dormirse durante actos oficiales. El método utilizado aquella vez fue mucho más cruento: Hyon murió víctima de un cañón antiaéreo, que según varios informes es de una violencia reservada sólo para los altos cargos de la cúpula norcoreana, a los que Kim busca dominar.

Y, como ahora, el régimen tampoco confirmó la muerte Hyon. Sin embargo, el gobierno norcoreano anunció en julio su reemplazo por Pak Yong Sik, sin referirse al destino del funcionario reemplazado.

Por otro lado, en enero, el viceministro de Bosques, Rim Eob-sung, habría entrado en la lista de los ejecutados, también en este caso por sus críticas al plan de forestación.

La misma suerte habría corrido, un mes después, el vicepresidente de la Comisión de Planificación del Estado, cuyo nombre no fue revelado. Además de estas cuatro muertes de alto perfil, durante 2015 se habría ejecutado, según Yonhap, a decenas de funcionarios de diferente nivel, incluyendo a cuatro miembros de la orquesta sinfónica Unhasu, en la que la esposa de Kim, Ri Sol-ju, alguna vez cantó, y un importante funcionario del Partido de los Trabajadores, además de decenas de miembros del Ejército Popular. Desde la asunción de Kim, en 2011, el número de ejecutados llegaría a 70, según la misma agencia.

Yonhap citó una fuente anónima del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, que difunde informes a los legisladores surcoreanos, para referirse a la purga de funcionarios que Kim Jong-un encara desde que asumió el cargo de líder de Corea del Norte, en 2011, tras la muerte de su padre, Kim Jong-il.

Se cree que estas ejecuciones buscan forzar a la cúpula militar a ser leales al joven líder, de poco más de 30 años de edad. Ni siquiera su tío político, casado con su tía Kim Kyong-hui y mentor durante los primeros años de gobierno, Jang Song Thaek, pudo salvarse: Kim lo ejecutó en diciembre de 2013 por traición y corrupción.

Jang era considerado por muchos el segundo hombre más poderoso de Corea del Norte, y su ejecución se hizo pública, algo muy inusual en el régimen comunista.

Los Kim llevan seis décadas gobernando Corea del Norte con puño de hierro. Abuelo, padre y, ahora, nieto lideraron basados en el culto a la personalidad y a la represión inmediata de toda voz de disidencia. Las purgas ejemplificadoras estuvieron presentes en los gobiernos de los tres líderes.

En tanto, el hermético régimen mantiene una relación de extrema tensión con Corea del Sur, su vecino en la península, y Estados Unidos, con quienes se enfrentó en una cruenta guerra entre 1950 y 1953.

En medio de los reportes de purgas en el gobierno de Kim, la frontera entre ambas Coreas volvió a calentarse ayer por la heridas que recibieron dos soldados surcoreanos en un campo minado. (Agencias)