La  posibilidad de que Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió se muestren juntos antes de las internas del 9 de agosto, en las que competirán por la candidatura a presidente de Cambiemos, se diluye con el paso de las horas.

La principal resistencia es de Sanz, que marcha detrás de Macri en las encuestas. El precandidato de la UCR cree que la campaña de cara a la interna entró en una fase de plena competencia y que mostrarse con sus rivales no le conviene. 



 "Ya no es tiempo. Tendríamos que haber hecho una actividad conjunta, pero a más tardar en mayo, ahora ya es tarde. Estamos compitiendo", dijo a LA NACION Walter Ceballos, candidato a diputado nacional por San Luis y estrecho colaborador de Sanz.

En cambio, aunque con matices, en Pro y la Coalición Cívica (CC) creen que algún gesto público de unidad antes de las PASO sería importante y útil.

"Todavía estamos a tiempo de lograrlo. Nuestra idea es que haya alguna actividad de los tres juntos. Por ahora está difícil, pero es cuestión de charlarlo", se ilusionó un operador de Pro. "Hasta hoy [por ayer] parece que no va a pasar, pero todo es tan volátil...", deslizó otro macrista. Está claro que para Macri la foto conjunta no es prioridad. No se va a oponer, pero tampoco le resulta crucial.

Carrió es la más interesada de los tres. La jefa de la CC suele describirse a sí misma como la "garante" del equilibrio y el fortalecimiento de Cambiemos para la pelea por la presidencia. De hecho, es la que en su campaña individual más habla de sus rivales internos en las PASO y de la necesidad de que Cambiemos sea el frente más votado dentro de 11 días y encare desde una posición de mayor fortaleza la campaña hacia las generales del 25 de octubre. 


 "No hay dudas de que si no ganamos la interna vamos a acompañar a quien gane. El que gana conduce y el que pierde acompaña", dijo ayer en esa tónica y con la histórica fórmula peronista el candidato a vice de Carrió, Héctor "Toty" Flores.

En lo que sí hay consenso es en que, más allá de lo que pase de aquí a las PASO, el domingo 9, a la noche, una vez que el resultado de la elección consagre al candidato a presidente del frente, habrá foto conjunta "sí o sí".

Por ahora no habrá búnker compartido. Lo más probable es que los tres precandidatos sigan el escrutinio por separado y se junten en el recinto de Pro, que, como es habitual, se montará en Costa Salguero. Se reunirán cuando el veredicto de las urnas esté claro.

Tampoco habrá debate. Carrió y Sanz lo pidieron más de una vez. Macri se resiste.

POR CAMINOS DISTINTOS

Más o menos aferrados a la competencia interna, nadie en Cambiemos quiere hablar de cómo se repartirá el poder hacia dentro del frente después de la interna. Todos recuerdan el debate innecesariamente tenso que el propio Macri abrió pocas horas después de que la UCR decidiera aliarse con Pro, cuando desechó cualquier forma de cogobierno con los radicales o la CC.

Carrió y Sanz tienen claro que si el 9 gana Macri, como pronostican las encuestas, su poder de negociación dependerá de su cosecha en las PASO. Los radicales confían en que el refuerzo de sus bloques en el Congreso y sumar una o más gobernaciones (además de Mendoza) los dejará en una posición de fuerza para buscar acuerdos en el caso de que Macri se imponga también en la elección general. Carrió seguirá apostando a su papel de "garante de buena convivencia entre los socios" para ocupar espacio. Son discusiones lejanas. Nadie quiere encararlas todavía.
 


 Mientras tanto, cada uno atiende su juego. Macri dedicará los próximos días a recorrer el conurbano bonaerense. Sanz combinará la provincia de Buenos Aires con Santa Fe y Córdoba, y aprovechará para mostrarse con Martín Lousteau el viernes en una visita a Rosario y luego en una cena para recaudar fondos en Parque Norte. Carrió atenderá a los medios y el domingo viajará a Bahía Blanca, Mar del Plata y Azul.

Satisfechos y aliviados con el fallo de la justicia electoral que les permitirá mudar fiscales de la ciudad de Buenos Aires a la provincia, los tres partidos coordinan operativos de fiscalización conjunta en los puntos más calientes del conurbano.

TRES CANDIDATOS DE CAMBIEMOS EN SAN ISIDRO

Juan Radonjic, ex diputado nacional y ex secretario de Información Pública y de Interior durante el gobierno de Raúl Alfonsín, competirá en las PASO del 9 de agosto por la intendencia de San Isidro.

Radonjic, de 61 años, participará de la interna de Cambiemos, el frente que integran Pro, la UCR y la Coalición Cívica-ARI. Encabezará una lista netamente radical dentro del espacio y llevará la boleta de Ernesto Sanz, jefe y precandidato presidencial del partido.

Los rivales de Radonjic dentro de Cambiemos son el actual intendente del distrito, Gustavo Posse, y el ministro de Seguridad y Justicia del gobierno de Mauricio Macri, Guillermo Montenegro. Posse está a cargo de la intendencia desde 1999, cuando sucedió en el cargo de su padre, Melchor.

Por el Frente Renovador, que lidera Sergio Massa, competirá su suegra Marcela Durrieu, mientras que por el Frente para la Victoria se presentará Santiago Cafiero, nieto del histórico dirigente Antonio Cafiero.

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