Los griegos empiezan a ver luz al final del túnel. El Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que Grecia saldó su deuda de 2000 millones de euros y ya no se encuentra "en mora" con el organismo, tras haber incurrido en el primer default de un país desarrollado en la historia de la institución financiera a finales de junio.

También el Banco Central Europeo (BCE) confirmó ayer que Grecia saldó su pago con la entidad monetaria, a la que tenía que abonar 4200 millones de euros.

Grecia tenía que pagar al BCE 4200 millones de euros por los bonos soberanos que la entidad monetaria adquirió mediante el primer programa de compra de deuda soberana y que vencían hoy.

De esa cantidad, 3500 millones de euros corresponden al capital principal de los bonos y 700 millones de euros al pago de intereses.

Previamente la Comisión Europea (CE) había desembolsado los 7160 millones de euros que conforman la financiación de urgencia concedida a Grecia para que afronte sus compromisos inminentes, con el FMI y con el BCE.

Mientras, los bancos griegos abrieron ayer de nuevo, tras permanecer cerrados desde el 29 de junio, después de que el BCE aumentara los préstamos de emergencia.

El consejo de gobierno del BCE decidió el jueves pasado aumentar en 900 millones de euros, hasta 89.500 millones, el máximo de la provisión de liquidez de emergencia durante una semana para los bancos griegos al haberse producido "cambios positivos" que llevan a que se pueda incrementar esa asistencia, según el presidente de la entidad, Mario Draghi.

Los griegos vieron ayer cómo se encarecía el costo de vida con el aumento del IVA del 13% al 23% para ciertos productos y servicios, una de las exigencias de los acreedores internacionales para negociar un tercer rescate al país.

El aumento del IVA se aplica a productos como carne, embutidos y pescado procesado. También sentirán el cambio los turistas, pues suben los precios de la comida en los restaurantes y más adelante se encarecerán las tarifas de subte y ferry.

Los controles de capitales se mantienen para evitar una temida fuga masiva de fondos. El viernes los clientes podrán retirar de una sola vez 300 euros en caso de que en los días anteriores no hayan extraído dinero. La semana próxima la cifra se elevará a 420 euros (equivalente a 60 eurospor siete días).

Frente a muchas sucursales bancarias se formaron largas colas de clientes desde primera hora de ayer. En su mayoría se trataba de personas que no tienen tarjetas para retirar dinero a través de los cajeros. Otros pagaban sus facturas de electricidad o agua y pequeños y medianos empresarios transferían dinero a sus proveedores o depositaban cheques en sus cuentas, señaló un empleado del Banco del Pireo.

A partir de ayer, los griegos también tienen acceso sin controles previos a sus cajas de seguridad en los bancos.

El Parlamento griego tiene que aprobar mañana más reformas, en este caso para acelerar los procesos judiciales y poner en marcha la regulación para sanear los bancos y desmembrarlos en entidades separadas.

Grecia ha dependido de préstamos por un total de 240.000 millones de euros desde 2010, después de que quedó fuera de los mercados monetarios internacionales. A cambio del dinero, sus gobiernos sucesivos han tenido que implementar duras medidas de austeridad para enderezar las finanzas públicas.

Aunque el déficit anual se ha reducido bastante, la carga deudora del país ha aumentado a cerca de 180% del Producto Bruto Interno (PBI).  (Agencias)