Elia Vera enciende la hornalla de la cocina y cruza los dedos para que el gas le alcance, al menos, para preparar el almuerzo que compartirá con sus ocho hijos. Está preocupada porque sabe que el paro por tiempo indeterminado que dispuso la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles (Fasipegybio) tornó prácticamente imposible conseguir garrafas de 10 y 15 kilos. El miércoles quedaban pocas y ayer ya parecía misión imposible conseguir una, aun pagando un precio superior al habitual.

Las garrafas son demandadas en los hogares más carecientes y en los que no disponen del servicio de gas natural.

No es poca gente: casi la mitad de los cordobeses no recibe el gas en red. El impacto se percibe en todo el mapa provincial, aunque es más grave en las regiones sin gas natural.

“Por las dudas, ya salí a juntar un poco de leña por si tengo que usar el horno de barro o el brasero para cocinar o calentar la casa”, comentó esta vecina de barrio Villa Cornú, de la Capital, que se gana la vida trabajando por horas en varios hogares. “Hace dos semanas, pagué 125 pesos por la última garrafa que compré y desgraciadamente no tengo ninguna de repuesto”, se lamenta.


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