"Denme tiempo hasta el sábado", escucharon anteanoche dirigentes cercanos a Macri de boca del propio jefe de gobierno. La designación de Carlos Zannini como compañero de fórmula presidencial del kirchnerista Daniel Scioli obligó a la mesa chica de Pro a postergar el anuncio sobre su vice, aunque a la vez llenó de optimismo al jefe de gobierno con relación a sus chances de cara a las PASO del 9 de agosto y las presidenciales de octubre.

"Con lo de Zannini demostraron que van a jugarse todo para ganar la elección", reflexionó el líder de Pro durante la reunión semanal de gabinete, que desde las 8 se llevó a cabo en el Jardín Botánico. La impresión de dos ministros que participaron de la reunión es igual de positiva. "Es muy favorable para nosotros. Queda claro que Scioli es el candidato de Cristina y eso promueve la polarización entre cambio y continuidad, lo que representamos nosotros", dijo a LA NACION uno de los funcionarios de más alto rango de la administración porteña.

Macri cree que, finalmente, la propia Cristina Kirchner, su hijo Máximo o un camporista como el ministro de Economía, Axel Kiciloff, estarán de una o de otra forma en las listas de candidatos que se definirán antes de la medianoche del sábado. Postergar la definición de su vice fue una de las respuestas a la ofensiva del gobierno nacional, que ayer continuó con la visita de Scioli a la Casa Rosada para la foto junto al flamante candidato a vice.

Muy cerca de Macri niegan que la nueva situación lo obligue a cambiar de rumbo. Ni en su relación con Sergio Massa (hoy congelada) ni con la designación de su compañero de fórmula, hoy con la balanza inclinada hacia el secretario de Gobierno Marcos Peña por sobre otras opciones "puras" como la senadora Gabriela Michetti o el titular del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio. La mesa chica está dividida: mientras el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba apuesta por Peña, el consultor y amigo de Macri Nicolás Caputo se inclinaría por el "pragmatismo" y recomendaría a Macri optar por Michetti "en la búsqueda de más votos" para Macri.

"No está definido", dijo Macri ayer a la prensa durante la presentación del Metrobus Norte, donde también insistió en la polarización entre "continuidad y cambio" que, según él, quedó configurada de aquí en más. "Vamos a ir (a la elección) con una fórmula pura, la definición es de Mauricio. Y con Massa no hay chance aunque presionen desde el círculo rojo", comentó, enigmático, un referente con despacho cercano al de Macri.

En la reunión de ayer participó el propio Peña, quien se permitió bromear con Guillermo Montenegro, que competirá contra Gustavo Posse en las internas por la intendencia de San Isidro, ambos con la boleta de Macri presidente.

INTERNA CONDICIONADA

Más allá de las especulaciones por los movimientos del kirchnerismo, ayer continuaron las negociaciones entre macristas y radicales por las listas bonaerenses, con participación de dirigentes de la CC-ARI de Elisa Carrió.

Con la certeza de que la interna Scioli-Randazzo no se llevará a cabo, en el macrismo comenzaron a pensar en "alternativas" a la interna prevista entre Macri, el titular del Comité Nacional Ernesto Sanz y Carrió. "Esa interna no tiene sentido. Va a ser áspera, vamos a sacar demasiada diferencia y gastar demasiada plata", explicaron a LA NACION dos referentes nacionales de Pro que esperan reuniones en las próximas horas. A modo de sutil respuesta, Sanz envió ayer un comunicado a los medios donde aclaró que pasó la jornada de ayer en una reunión con su compañero de fórmula Lucas Llach y la titular de la Convención Nacional partidaria Lilia Puig de Stubrin.